Hoja verde
Otras altas temperaturas
La 27ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP 27 que empezó el 4 de noviembre en Sharm El Sheikh, Egipto, y concluirá el 18 de este mes genera altas expectativas pero resultados muy limitados.
Tras un cuarto de siglo, se ha avanzado en acuerdos, pero no lo suficiente para satisfacer las recomendaciones científicas, por lo que hoy se exige un esfuerzo mayor y más rápido, pues las consecuencias cada vez son más visibles.
La emergencia planetaria, básicamente significa dos cosas: un alto peligro por la crisis climática y la época de mayor desigualdad social de la historia.
El cambio climático se cobra cada vez más vidas, el mundo se encamina hacia un calentamiento global que pondría fin a la vida tal como la conocemos y los países han negociado y negociado. Ahora toca actuar. Y poner el dinero sobre la mesa.
Este es —al menos en teoría— el espíritu con el que llega la conferencia sobre el clima COP 27, que según Egipto, el país organizador, tiene como objetivo “moverse de las negociaciones y la planificación a la implementación” de acciones para frenar el cambio climático porque “ahora es el momento para la acción sobre el terreno”.
En marco México anunció que aumentará del 22% al 35% su recorte de emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030, como parte de un proyecto conjunto de inversión en energías renovables con Estados Unidos que requerirá 48,000 millones de dólares,
“El presidente López Obrador ha decidido ampliar los objetivos nacionales de 22% al 35% de reducción de emisión de gases de efecto invernadero, para acelerar la transición energética en América del Norte”, explicó Marcelo Ebrard, canciller mexicano, acompañado del enviado especial para el clima de Estados Unidos, John Kerry.
Eso significa “duplicar esfuerzos en los próximos ocho años, comparado con los planes originales para esta década”, añadió Ebrard.
“Con el apoyo de Estados Unidos se calcula que se requerirá una inversión adicional entre 2022 y 2030 de aproximadamente 48,000 millones de dólares, que será movilizado desde el sector público y privado”, calculó el canciller mexicano.
Ni Ebrard ni Kerry precisaron un monto del apoyo financiero estadounidense para esta tarea, que implicará “duplicar la capacidad de generación de energía limpia en México”, según aseguró el canciller.
La Región Pacífico Sur también sufre afectaciones por ese fenómeno y tienen repercusiones económicas.
Como consecuencia del cambio climático, Chiapas enfrenta la degradación de los suelos, las sequías, los incendios forestales y la pérdida de la biodiversidad nativa, lo cual afecta a los principales lugares turísticos. Sumado a la baja productividad agrícola y ganadera, la perspectiva social de Chiapas es aún más drástica: el 78 por ciento de la población vive en la pobreza extrema y los niveles de inmigración continúan aumentando cada año.
Ha perdido el 55 por ciento de sus bosques nativos, que fueron deforestados fundamentalmente para la producción de café, maíz y la ganadería, que ocupa un tercio de la superficie terrestre del Estado.
Además de los efectos similares, en Guerrero en los destinos de playa, el nivel del mar aumentaría 0.44 metros para 2050, 1.16 metros para 2100 y 1.93 metros para 2150, específicamente Acapulco, de acuerdo con la proyección del nivel del mar a consecuencia del cambio climático, efectuada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA). En 2021.
Además la entidad tiene 17 municipios con muy alta vulnerabilidad social, se 30 municipios con alta vulnerabilidad, 26 con vulnerabilidad media, 7 municipios con baja vulnerabilidad y solo Chilpancingo de los Bravo con muy baja.
Michoacán es el tercer estado del país que más daños ha sufrido y el pronóstico para los próximos años no es alentador, según el Diagnóstico Sobre la Vulnerabilidad de Michoacán ante el Cambio Climático de la Semaccdet y Conacyt.
El aumento de temperatura en Michoacán se ha visto afectado por la liberación de Gases Efecto Invernadero (GEI) con un 47 por ciento de las emisiones, lo cual impacta gravemente porque sumado a la alta tasa de deforestación de los bosques templados, el estado ve mermada su capacidad absorber los GEI y sólo se generan pluviales irregulares que afectan al sector agrícola, con pérdida en su capacidad productora.
El estado ha pasado de ser caliente a más seco, sobre todo las zonas boscosas de la entidad que sufren constantes problemas por la deforestación.
Oaxaca genera muy pocos GEI, y con sus bosques y selvas ayuda al mundo a disminuirlos, sin embargo, es uno de los estados que más se ve afectado por el cambio climático y los eventos hidrometeorológicos, como la sequía que afecta fuertemente a las regiones del Istmo y Mixteca.
El cambio climático exige a las sociedades realizar transformaciones estructurales profundas que si no se realizan se pondrá en riesgo la sobrevivencia misma de la especie humana.
Para prevenidos no hay acasos, diría la abuela.