
Rommel Pacheco y las señales políticas en la mañanera
Culmina el año, no los problemas
La región Pacifico Sur tiene una problemática tan intrigante como la secular y persistente pobreza. La complejidad del tema es desafiante. Sobre todo, cuando se observa y contrasta con la relativa prosperidad y desarrollo económico de entidades federativas del centro y norte por lo que resulta esencial intentar desmadejarlo, al menos para identificar algunas ideas diagnósticas simplificadas pero pertinentes.
Al igual que en el resto del país, el 2022 estuvo caracterizado por la violencia, principalmente la derivada del crimen organizado, y una recuperación económica que muestra mejores indicadores pero aún lejos del repunte como para considerar que se ha regresado a niveles pre pandémicos.
También se enfrentaron protestas sociales protagonizadas principalmente por estudiantes de escuela normales, maestros integrados a las secciones locales de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación por mencionar los que estuvieron con mayor presencia noticiosa a lo largo del año.
Para el discurso oficial y mediático la violencia es una resultante de las disputas entre elementos del crimen organizado. Sin embargo, las causas son mucho más profundas y obedecen a factores como el económico y social, así como la participación activa de un Estado cómplice.
Esta región vive bajo los efectos de una mafia, donde se conjuntan factores como corrupción, colaboración y colusión en actividades ilícitas y uso de la violencia.
L a formación y vida de los grupos de la delincuencia organizada, es un fenómeno que no podría explicarse sin la existencia de esferas de protección, las cuales provienen del gobierno y actores transnacionales, pero también desde la misma sociedad. En ese tenor, los delincuentes han logrado cierta legitimidad sobre todo en pequeñas comunidades, lo que les da más fortaleza y los multiplica.
La economía de la región presenta paradojas. La riqueza del subsuelo es norma, la potencialidad del agro es diversa pero las inversiones resultan selectivas.
Son estados de una formidable e intrincada orografía que dificulta las comunicaciones y el intercambio económico, y, por tanto, la especialización, el comercio, y, el desarrollo de una economía de mercado.
También impacta su gran fragilidad ecológica, suelos someros y erosionables, y pronunciadas pendientes. A pesar de la gran diversidad biológica, la productividad de las tierras es generalmente magra, lo que ha inhibido la inversión, una agricultura comercial pujante, y suficientes excedentes y acumulación de capital. La complejidad orográfica abona a la dispersión, fragmentación y aislamiento económico, social y cultural, e incluso a una considerable conflictividad entre comunidades, desconfianza y altos costos de transacción.
Otro factor que incide son las instituciones débiles, precarias, los estados del sur del país poseen condiciones institucionales muy poco propicias para el crecimiento y el desarrollo
La situación se explica por los rasgos culturales generales, premios y castigos a determinadas conductas, visiones del mundo, normas formales e informales, respeto a derechos de propiedad, incentivos, legalidad y estado de derecho, respeto a los contratos, extractividad o inclusión económicas, certidumbre jurídica y confianza, empoderamiento de las mujeres, seguridad, actitudes hacia la innovación y cultura empresarial, calidad de la educación y productividad, capital humano y social, cultura de esfuerzo y autonomía personal, patrones reproductivos, y sociedad civil y cooperación social para la creación de bienes públicos.
Además la Región Pacifico Sur la integran las entidades federativas con la mayor proporción de población rural y, consecuentemente, las más pobres. Esto tiene que ver con baja productividad – y, por tanto, con bajos ingresos – con deficiente acceso a educación, empleos, diversos servicios públicos, y a oportunidades de interacción social.
La brecha nacional entre ricos y pobres se agudiza entre los extremos geográficos del país. Mientras que en los estados de la frontera norte como Coahuila y Nuevo León, la pobreza se ha reducido sustancialmente durante los últimos 10 años, en los estados del sur se agudiza el rezago social.
Dos tercios de la población o más viven en pobreza, y una tercera parte de la población en pobreza extrema. Hay niveles de 10 veces más pobreza extrema, en términos porcentuales.
De acuerdo con el Banco de México (2021), las brechas económicas en las diferentes regiones de México podrían aumentar dependiendo del impacto de diversos factores externos e internos, especialmente ahora, por los efectos negativos de la pandemia por COVID-19.
La Región Pacífico Sur durante el 2022 continua presentando un panorama en el cual la pobreza permanece sin grandes cambios, aunque somos capaces de conocer donde cambia, donde no, y en qué aspectos hay que trabajar.
Con esta información podemos decir en qué estados está el problema de manera más seria, entre qué grupos de población se encuentra el problema, y a qué dimensiones de la pobreza corresponde, ya sea por ingresos, seguridad social, seguridad de la vivienda, salud, o educación, ya que la medición es multidimensional, eso significa que la política pública puede enfocarse en cada lugar a lo que hace falta.
Realidades son verdades, y no esperanzas falsas, diría la abuela.
Los caminos del sur volverán a ser transitados el 9 de enero del 2023.
Muchas felicidades a todos los lectores.