Teléfono rojo
Crecimiento de rebote
En los últimos días de septiembre, el Banco de México y la Secretaria de Hacienda dieron a conocer que de abril a junio de este año, la región sur experimentó un crecimiento de 6.0 por ciento en comparación con el año anterior, posicionándola como la región con el mayor crecimiento en el país.
“El Gobierno de México ha dado prioridad a la inversión y el desarrollo del sur-sureste, después de décadas de desatención. Este compromiso ha dado resultados importantes”, argumentó Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda.
Los datos que ambas dependencias ofrecen son esenciales y correctos, pero se deben ciertas consideraciones ates de echar las campanas al vuelo.
El enfoque de región, aun en términos conceptuales no es uniforme. La región sur del país (Guerrero, Oaxaca, Chiapas) es el espacio territorial en que se encuentra asentado el mayor número de habitantes con pobreza y pobreza extrema y alta marginación. Y corresponde a los puntos cardenales sobre el país.
En términos legislativos se reconoce a la región sur-sureste (Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán). Banxico y Hacienda toman a la porción sur como una subregión.
El actual gobierno federal partió en dos la región a la región sur. Del istmo de Tehuantepec hacia el resto del sureste y desde el punto señalado hacia Guerrero.
Otro considerando es que no todo el sur es igual, es muy heterogéneo y resulta uy difícil identificar una tendencia general, peor aún con los distintos enfoques de región.
Banxico y Hacienda toman como factores del crecimiento económico en la región a la inversión y los proyectos de construcción. En este aspecto domina la inversión pública. Otro el elemento es la relocalización global de las cadenas de valor.
La relocalización ha continuado beneficiando a una proporción relevante de compañías grandes en el país, con heterogeneidad entre regiones y sectores. En el sur en un 5.7 por ciento.
Además está el impulso de la inversión púbica. Entre los factores de impulso para el segmento de construcción pública está el avance en la construcción del Tren Maya, el cual se desarrolló a un ritmo mayor en relación con el trimestre previo, principalmente en Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Adicionalmente, en Quintana Roo destacaron los avances en la construcción del aeropuerto de Tulum y del puente de la Laguna de Nichupté en Cancún.
Pero nos vamos a concentrar en tres de los cuatro estados que integran la Región Pacífico Sur.
Todos los datos de que se dispone indican que Oaxaca, estado que creció el último año a un ritmo de 8.3 por ciento anual. El acumulado en el sexenio, sin embargo, es de solo 12.4 por ciento, lo que implica una tasa anual media de solo 2.8 por ciento, por lo que parece que en este estado solo en los últimos trimestres hubo un crecimiento más acelerado.
Las obras en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, los trabajos en las vías carreteras así como la demanda de vivienda son los factores que están impulsando la inversión en Oaxaca.
La producción de combustibles se incrementó en las refinerías de Salina Cruz, Oaxaca, como respuesta al alza en la producción de petróleo en áreas terrestres de la región.
Chiapas ha tenido un menor impacto por la construcción del Tren Maya y el crecimiento del último año fue de solo 2.9 por ciento, mientras que el acumulado en el sexenio ascendió a 5.9, lo que implica un promedio anual de apenas 1.3 por ciento.
El caso de Guerrero es también contrastante, pues en los último 12 meses creció solo 2.1 por ciento, en tanto que el acumulado en el sexenio es un retroceso de 1.6 por ciento, es decir, una caída promedio anual de -0.4 por ciento.
Los datos desestacionalizados que ofrece el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), indican que Tabasco registró el mayor incremento de su Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) entre el cierre del 2019, previo a la pandemia, y los primeros tres meses del 2023, con una tasa de 24.3 por ciento.
Fue el estado que obtuvo el mayor aumento de su economía tras los estragos de la crisis sanitaria por el Covid-19, apoyado en gran medida del efecto en la industria de la construcción por la refinería de Dos Bocas (en los últimos tres años y medio, este sector aportó dos terceras partes del empleo formal). ES decir la mayor parte de la inversión pública se concentró en el sureste, incluido el corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec que interactuará económicamente con Tabasco.
Los factores que están impulsando el crecimiento económico del sur, son distintos a los que están impulsando la actividad económica en el norte, región donde hay mayor incidencia de la relocalización de las empresas de proveeduría.
El crecimiento que ha presentado el sur del país no es suficiente para disminuir la brecha social, esto es algo que sucede con un efecto rebote que no beneficia.
Al ver estos contrastes, se puede observar que cuando se afirma que el sur del país ahora sí está creciendo, a diferencia de lo que ocurría en otros sexenios, es una afirmación que hay que tomar con pinzas.
Los datos que presenta Banxico son alentadores en ese sentido, pero son solo una observación, posiblemente la primera de una serie que ojalá se mantenga.
No se puede beber agua de un espejismo, diría la abuela.