Teléfono rojo
El juego cruel del trabajo
El trabajo infantil es una realidad para millones de niños en nuestro país. Se considera trabajo infantil toda aquella actividad o trabajo que priva a los niños de su infancia, su potencial y dignidad y es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.
El trabajo infantil aumentó en 21 entidades del país, lo que contribuyó a que el incremento nacional haya sido de 14 por ciento entre 2019 y 2022 de acuerdo a los datos proporcionados tras la aplicación de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) que efectúa el INEGI.
La encuesta reveló que 2.1 millones de niñas, niños y adolescentes, equivalente al 7.5 por ciento, se involucraron en actividades económicas no permitidas, principalmente entre quienes tienen menos de 15 años, y quienes se involucraron en ocupaciones de alto riesgo fueron personas de hasta 17 años.
La tasa de trabajo infantil en México, afirma el INEGI, experimenta fluctuaciones en los últimos años, por ejemplo, en 2015 se registró una tasa del 12.3 por ciento, que disminuyó a 11 puntos en 2017, pero aumentó nuevamente a 13.1 en 2022.
Esto a pesar de que en el Plan de Trabajo 2021-2024, de la Comisión Intersecretarial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección de Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida en México (CITI), se desarrollan cinco estrategias:
Primero, la promoción de una cultura de prevención y erradicación del trabajo infantil, en segundo se busca proteger los derechos humanos y laborales de las y los adolescentes trabajadores en edad permitida, seguido de fortalecer a las instancias y mecanismos de vigilancia para combatir el trabajo infantil y sus peores formas. Además de promover la protección social en beneficio de niñas, niños y adolescentes.
La principal causa del trabajo infantil es la pobreza en las familias, la cual impide que dispongan de los recursos necesarios para comprar alimentos, ropa, acceder a una vivienda, a sanidad o a educación, llegando incluso a dejar los estudios, por lo tanto, muchos menores se ven en la situación de contribuir a la economía familiar realizando trabajos que ponen en peligro su vida.
Siendo la Región Pacífico Sur la porción territorial donde concentran los habitantes con pobreza extrema y marginación, el trabajo infantil resulta una realidad lacerante.
De acuerdo con la ENTI 2022, los tres estados con más trabajo infantil son: Guerrero (24.5 por ciento) y Chiapas (20.8). Los niños de la calle, enfrentan jornadas laborales de más de 14 horas y además, sus ingresos son muy bajos; entre las principales actividades que realizan es de aseadores de calzado, chicleros, limpiaparabrisas y vendedores ambulantes, estos trabajos son bien identificados por la población y autoridades, pero, solo se les cataloga como víctimas de trata y explotación, más no se hace algo por apoyarlos.
En el caso de Chiapas, más de 3 mil niños se encontraban en situación de vulnerabilidad en Tapachula antes del 2018, pero con el ingreso de las caravanas migrantes es número de ha incrementado en más del 50 por ciento.
Pero el mayor problema se encuentra en Guerrero, donde la tasa de niñas, niños y adolescentes que trabajan en labores y formas no adecuadas para su edad pasó de 9 a 24.5 por ciento en ese periodo.
Guerrero pasó del lugar 25 con más trabajo infantil al número uno en el país, según el Inegi. En dicha entidad, el número de niños, niñas y adolescentes laborando en actividades riesgosas creció de 85 mil 462 a 262 mil 760 personas desde que inició la pandemia.
A nivel nacional, Michoacán se ubica en el quinto lugar en cuanto a registros de menores inmersos en el trabajo infantil, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Las estimaciones de especialistas calculan que podrían superar los 130 mil y fácilmente llegar a los 150 mil menores de edad laborando en una actividad no permitida en Michoacán.
Son quince municipios en donde esta problemática habría aumentado con mayor notoriedad en los últimos dos años: Aguililla, Buenavista, Tancítaro, Parácuaro, Ziracuaretiro, Tlazazalca, Jacona, Zamora, Uruapan, Morelia, Irimbo, Lázaro Cárdenas, Chavinda e Ixtlán, son las demarcaciones donde más advierte dicha condición de alto riesgo de niños trabajando.
Oaxaca era el décimo estado con mayor población de niñas, niños y adolescentes en el país (INEGI, 2021), sin embargo, esta entidad figuraba como la entidad del país con mayor porcentaje de la población infantil y adolescente en situación de trabajo infantil en 2019 (INEGI, 2020), la 2a entidad con mayor porcentaje de la población infantil y adolescente con carencia por calidad y espacios de vivienda en 2020 y la 3a entidad con mayor porcentaje de población infantil y adolescente en situación de pobreza extrema en 2020 (CONEVAL, 2021).
Además, durante 2020, Oaxaca era la 3a entidad del país con mayor porcentaje de población infantil y adolescente en las siguientes condiciones: Carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad; Carencia por acceso a los servicios de salud; Carencia por acceso a la seguridad social
Carencia por acceso a servicios básicos en la vivienda (CONEVAL, 2021).
Otra cuestión es que la problemática se ha normalizado ante los escenarios complejos financieros que atraviesan miles de familias en zonas marginadas; de las personas encuestadas el 10 por ciento decía que el trabajo infantil era necesario y que no violentaba los derechos de los niños.
Nunca se debe permitir que la inocencia de un niño se le borre de su rostro por el deseo ajeno de un trabajo impropio, diría la abuela.