Corrupción neoliberal
Una sombra seca
La sombra de la crisis del agua se proyecta sobre la mayor parte del territorio nacional y se devala la posibilidad de un incremento en los conflictos sociales por la escasez del vital líquido debido a que la atención a la crisis del agua por parte de los gobiernos federal y estatales es deficiente. En México el agua no es considerada como un tema de seguridad nacional y van dos décadas que han disminuido el presupuesto del sector
El cambio climático es una realidad y enfrentaremos periodos de sequía prolongados y permanentes pues la crisis del agua se ha convertido en un fenómeno estacional.
Para enfrentar el problema en 2023 se invirtieron 751 millones de pesos, con lo que se recuperaron 2 mil 149 litros por segundo, a pesar de los cual 2023 fue un año más en que la crisis del agua se atiende de forma reactiva, sin un plan nacional.
Para 2024 se aprobaron 35 mil 343 millones de pesos para proyectos de inversión relacionados con la disponibilidad y la distribución de agua en el país, 31.7 por ciento menos que en 2023.
Desde hace casi tres décadas se ha advertido de los efectos de la crisis del agua sin que los gobiernos hagan lo necesario para revertirlos. “Este año (2023) se padecieron todas las advertencias que durante décadas se nos han hecho.
México enfrenta un panorama diverso respecto a la problemática de la escasez de agua. Se identificaron seis estados del sur del país que, gracias a sus condiciones actuales, no experimentarán problemas de abastecimiento de agua desde 2024 hasta 2050, fecha en la que se estima un punto sin retorno para mitigar los efectos adversos como las sequías.
El estrés hídrico, es un fenómeno que ocurre cuando la demanda de agua supera la oferta disponible o su calidad restringe el uso. Hay 11 entidades federativas que tienen una exposición alta a sufrir un estrés hidráulico del que podrían derivarse problemas graves ante la falta de agua, de acuerdo con el estudio de (S&P Global Ratings.)
Entre los seis estados que podrán sobrevivir a esta situación, se encuentran Guerrero, Oaxaca y Chiapas en la Región Pacifico Sur porque registran condiciones ambientales menos áridas y un nivel de actividad industrial más bajo comparado con otras áreas. Pero la región no está exenta de quedar bajo la sombra de la crisis hídrica.
En el caso de Chiapas, la falta de lluvias durante las primeras semanas del año ha influido para que la entidad registre un nivel de sequía moderada por arriba del 18 por ciento, así como un nivel de sequía severa por encima del 4 por ciento.
Pero, la entidad registra una anormalidad de seca de 48.3 por ciento, así como un nivel de sequía moderada de 18.3 por ciento y un nivel de sequía severa de 4.2 por ciento.
Desde el domingo 11 de febrero Chiapas registra un incendio forestal activo en el Parque Nacional del Cañón del Sumidero, fenómeno que de acuerdo a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), se ha liquidado en un 50 por ciento, donde la afectación forestal corresponde a 60 hectáreas de selva baja caducifolia, 60 hectáreas de encinos, y 80 hectáreas de pastizales.
Organizaciones civiles y ambientalistas manifestaron su preocupación por la crisis de agua potable que enfrentan por lo menos 23 colonias de la zona centro, sur y norte de San Cristóbal de Las Casas, así como la capital chiapaneca, ante el bajo nivel del río Grijalva.
Para el caso de Guerrero, la escasez del agua tiene que ver con los niveles alarmantes de este recurso en ríos y pozos debido a la temporada de estiaje, lo que ha provocado que el líquido no llegue a los hogares tanto en Acapulco, como en Chilpancingo.
En la capital, solo el 50 por ciento de pobladores tiene acceso a la red de agua potable, la cual es alimentada por tres sistemas de bombeo, Omiltemi, Acahuizotla y Mochitlán, solo dos están operando y en números alarmantes, por lo que se optó por distribuir agua en pipas.
La población en general tiene que desembolsar entre 450 y 850 pesos para adquirir agua en pipa, al igual que cientos de comercios, hoteles y restauranteros, que en el caso de Acapulco, reactivan la economía local.
Si este año no se registra una óptima temporada de lluvias, para el 2024 Michoacán estaría enfrentando una grave crisis de sequía, debido a que desde el año pasado las lluvias fueron escasas en la entidad, lo que genera que en la actualidad Michoacán se encuentre dentro del semáforo del Servicio Meteorológico Nacional entre el color naranja y rojo, que significa que se está entre sequía moderada y extrema.
Las 22 presas de mayor volumen en el estado mantienen un almacenamiento de agua que oscila entre el 55 y 60 por ciento, por lo que para este año será posible otorgar el suministro del líquido en todo Michoacán, sobre todo en la zona de Tierra Caliente.
Otro es el caso de Oaxaca había 310 municipios con algún grado de sequía es decir el 54.4 por ciento del total. Las autoridades sólo pueden abastecer el 33por ciento del agua que se requiere en Oaxaca y la zona conurbada.
Dado el crecimiento demográfico de la ciudad de Oaxaca y su zona conurbada, actualmente se demanda el abastecimiento de 1,200 litros por segundo (lps) de agua potable; sin embargo las fuentes existentes se ven limitadas por lo que solo es posible suministrar 400 lps.
Solo se aprecia el valor del agua cuando se seca el pozo, diría la abuela.