El presupuesto es un laberinto
Entre lo posible y lo no posible
Ese capítulo de seguridad está muy vinculado a Guerrero ya que es un lugar que en estos momentos sufre de manera generalizada la inseguridad y la violencia; diariamente existen homicidios en los municipios más importantes.
La inseguridad ha llegado a escalas inimaginables.
Los ciudadanos no comparten la política del gobierno federal como del gobierno del estado, ya que carecen de políticas públicas y de combate a los grupos de la delincuencia, solamente lo hacen de forma y no de fondo. Una forma que lejos de resolver la inseguridad agrava más la situación.
La inseguridad y la violencia que se padece actualmente en el país se traducen en un problema de seguridad pública, tanto por la dimensión que ha adquirido la muerte por dichas causas como por los efectos materiales y emocionales que ocasiona.
Ambas se generan en un contexto de inestabilidad económica, poca educación, malos servicios de salud, creciente inestabilidad política, nula credibilidad en los gobiernos futuros, desigualdad y desempleo, todo lo cual ocasiona una serie de necesidades y oportunidades para cometer algún agravio social.
En lo referente al ámbito de la seguridad pública, el Plan Nacional de Desarrollo 2019–2024, se sustenta en premisas sólidas pero que requieren acciones concretas.
Restauración y vigencia del estado de derecho respetar los derechos humanos y redignificar las cárceles; combate a la corrupción, cambio de paradigma en seguridad y garantizar el empleo, la educación y la salud de la población.
Una de las principales acciones que el plan sostiene como recurso para combatir a la violencia es el impulso de programas sociales, de oportunidades de trabajo y de proyectos de desarrollo que generen bienestar entre la población y que, por ende, debiliten “la base social” desde la cual se nutre el crimen.
En síntesis, generar más oportunidades y condiciones favorables para que las personas no se vean en la necesidad de unirse a la delincuencia en búsqueda de recursos.
El deterioro económico que ha sufrido al país favorece el que las bandas de la delincuencia organizada construyan un fuerte tejido social que les ha permitido desarrollar una gran capacidad combativa que llega a superar a todos los cuerpos de seguridad pública.
Los intereses creados entre bandas delincuenciales, instituciones o políticos corrompidos y sociedad volverán inútiles las tácticas de mejora económica y ampliación en la cobertura de los programas sociales.
Pero el PND tanto en el capítulo de seguridad pública como en el resto, sólo se enuncian un cúmulo de acciones que se prometen sin identificar plazos ni indicadores que permiten medir su cumplimiento.
La piedra angular para enfrentar la problemática de seguridad pública sigue estando intacta: La falta de una construcción de un esquema integral de seguridad pública; eliminando los problemas graves de coordinación interinstitucional.
Si se quiere que México tenga mayores tasas de crecimiento económico, ello presupone mejores condiciones de certeza y oportunidades para la inversión. Y las condiciones para ello están parcialmente generadas. Tanto en lo interno como en lo externo, hay una serie de hechos que conforman un ambiente de incertidumbre los cuales no se reconocen a cabalidad. Transforma esa serie de hechos no se reduce a un asunto de voluntad política o personal.
El crecimiento económico no sucederá por voluntad del Presidente. Pero si está en sus alcances convocar y encabezar una gran cruzada por la inversión.
Cambiar la realidad de México es, en principio una propuesta ideológica, pero materializarla requiere de eliminar las exclusiones. Sector privado y público, amlovers y amlofóbicos, integramos y trabajamos en este país. Hoy para rescatarlo es básico que exista un desprendimiento de los intereses muy particulares y cada quien haga lo que le corresponde.
No todo lo real es lo que desea tampoco todo lo que se desea puede ser real, diría la abuela.