Teléfono rojo
La triste historia de Navidad
Todos sabemos que Jesús de Nazaret nació un 25 de diciembre, en un pesebre de Belén. Al principio, su cumple fue una celebración religiosa, pero con el tiempo también se fue convirtiendo en una feria comercial.
Según cuentan, la historia fue más o menos así.
Cuando los peregrinos ingleses llegaron a Estados Unidos, y se establecieron en Plymouth Rock, Massachusetts, una de los primeros edificios que construyeron fue un centro comercial.
Sin embargo, en los años siguientes el negocio fue muy mal, por lo que Miles Macy (dueño y fundador del almacén que organizó el primer y más grande desfile de Thanksgiving), decidió ofrecer baratas y descuentos especiales de ropa inviernal. La promoción fue ignorada porque al comienzo no tenían una buena razón para atraer clientes.
Entonces, su gerente le propuso organizar una venta especial en honor del nacimiento de Jesús. Precupado, Macy preguntó, ¿pero no se considerará demasiado religioso? El empleado abundó, posiblemente, pero tan pronto como los peregrinos entiendan que significa empleo, la aceptarán con gusto. La llamaremos ‘Navidad’, y habrá ventas pre-temporada y pos- temporada, pero cerraremos el 25 de diciembre para que la gente vaya a misa.
Confundido, el dueño preguntó, ¿entonces por qué asistirá la gente?
Porque correremos la voz de que la Navidad es un día especial para intercambiar regalos, o serán considerados paganos, respondió el gerente. Y añadió, en la publicidad anunciaremos que la Navidad es principalmente para los niños, y que esperan recibir todos los juguetes que sus padres puedan comprar, y que si son más que los de sus vecinos, mejor.
Para que la rueda siga girando, diremos que quien entrega los regalos es Santa Claus. Y que pueden sentarse en sus piernas para pedirle lo que quieren, y él les contará a sus padres en qué tienda lo venden.
Entusiasmado, Macy decidió enviar a alguien al bosque a traer pinos y muérdagos para decorar la tienda. ¿Qué hacemos con los indios?, inquirió el empresario. Hasta ahora es un mercado no explotado, pero tan pronto como vean las ofertas llegarán en manada, aseguró el gerente. Pondremos sellos en carpas y cajitas musicales navideñas para regalarlas en cada artículo que vendamos.
¡Esa es la campaña que las colonias necesitan!, exclamó Miles. Y no sólo eso, añadió. Navidad salvará la economía, sin ella seríamos sólo una tienda más en el desierto.
Y así, con una campaña de mercadotécnia, nació la primera Navidad comercial. Lo que la volvió tan exitosa fue que Miles pudo deshacerse del inventario que tenía almacenado.
Después, el ejemplo de Macy’s se replicó en todas las colonias de la Unión Americana. Más gente comenzó a ir a los centros comerciales que a las iglesias. Luego el modelo económico gringo y el mercado de consumo se globalizaron.
Entonces, con el TLC, llegaron a México los paisanos de Miles y lo primero que construyeron fue un montón de centros comerciales para vendernos el paquete completo del American Way of Life, que with a lot of help de sus amigos y nuestros gobiernos neoliberales, lo compramos rete felices de la vida. Y así, replicando aquí campañas y todo el modelito antes mencionado, la Navidad mexicana dejó de ser lo que era.
Porque, como bien decía Art Buchwald, “cuando la economía mejora, todo lo demás empeora”, entonces, se nos olvidó que la mayoría de las cosas que más nos importaban no eran cosas.
Tan, tan, este triste cuento navideño se ha acabado.