Hoja verde
La complicada gobernanza de Guerrero
El gobernador Héctor Astudillo no sólo ha sido políticamente correcto ante el desafío que le planteó la aplastante victoria de López Obrador y la mayoría electoral de Morena, sino que lo ha hecho con eficiencia administrativa y rindiendo buenas cuentas en sus programas y compromisos de gobierno.
No es cualquier cosa, considerando que Guerrero ha sido de por sí difícil y riesgoso para cualquiera. Como escribió el analista Alfredo Bielma Villanueva, “quizás no haya en la república mexicana una entidad federativa de tan complicada gobernanza como Guerrero, tal como lo demuestra la larga lista de gobernadores que no han concluido sus periodos, los más por causas que tuvieron como raíz la violencia. Sin duda, en ese fenómeno mucho tuvo que ver la facilidad con la que el gobierno de la federación desaparecía poderes estatales tomando como herramienta la constitución general y como medio constitucional al senado de la república.
“Pero es incuestionable que una variable permanente ha sido la violencia, los ancestrales rezagos sociales, las asimétricas desigualdades en la condición social y económica de sus pobladores y una clase política en cuya pista no aparece la solución a los problemas sociales sino el beneficio de grupos por intereses económicos”.
Además, Héctor Astudillo llega a la gubernatura como sucesor del interinato de Rogelio Ortega, luego de la renuncia de Ángel Aguirre Rivero, electo por el PRD (antes gobernador interino del PRI por la renuncia de Rubén Figueroa Alcocer).
Por si fuera poco, recibe un estado convulsionado por la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, con zonas sometidas o controladas por la violencia de cárteles del narcotráfico y el crimen organizado, decenas de grupos de policías comunitarias, y bloqueos y paros del magisterio disidente.
Y a la mitad de su gobierno, el PRI pierde la presidencia y el enemigo emblemático del PRI y el PAN, Andrés Manuel López Obrador, es electo por una enorme mayoría.
Cuatro años depués de su toma de posesión, Héctor Astudillo presume los avances de su gobierno que han permitido revertir los índices negativos que se tenían.
Hoy, Guerrero es uno de los tres estados con menor endeudamiento del país; en 2019 el PIB nacional no creció, en el estado tendrá un crecimiento positivo; bajó la tasa de desempleo; en Acapulco los cruceros aumentaron de ocho a 75 y llegaron nuevos vuelos; ocupó el primer lugar nacional en inversión extranjera directa con 352 millones de dólares.
El gobernador recordó que “hace cuatro años estábamos en primer lugar de todo, competíamos con Colima en el triste primer lugar en el tema de homicidios, secuestros muy altos, hoy nos ubicamos, en el último reporte, en el séptimo lugar”.
En ese sentido, destacó que Guerrero ya no es la nota de todos los días, “tenemos problemas, pero ya no somos el primer lugar”.
Decirlo puede sonar fácil, pero considerando la historia, el tiempo y las circunstancias que le tocaron como gobernador de Guerrero, sin duda fue muy complicado y excepcional.
Contra casi todos los pronósticos, se consolidaron la gobernabilidad, la estabilidad política y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.