Canal Privado/Arturo Solís Heredia

Lesser evil

Una frase resonó en mi cabeza al leer la reacción de Morena y Félix Salgado: lesser evil.

Y es que este lunes, el Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), acordó cancelar el registro de Félix Salgado Macedonio como candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero, para cumplir con la resolución que emitió el Instituto Nacional Electoral (INE).

Ese día, Alberto Villalpando, representante electoral de Morena, calificó el acuerdo de excesivo y que su objetivo fue restarle puntos en las preferencias electorales a Salgado Macedonio, y adelantó que impugnarán el acuerdo ante los tribunales. Por su parte, el Toro, fiel a su estilo, amenazó con “movilizar al pueblo de Guerrero” si le quitan candidatura.

Independientemente de la paradoja, por la sanción administrativa irrelevante y menor, luego de la omisión penal y política ante las denuncias graves de acoso y violación, el dilema a resolver estaba en la cancha del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Según ustedes juicisos lectores, ¿cuál debiera ser la decisión del Tribunal? ¿La mejor y más justa para los aludidos y, sobre todo, para los guerrerenses?

Seamos serios, o debiera decir, seamos prácticos más que legales.

Si me preguntan, yo diría que habría que resolver el dilema con el mal menor, el lesser evil, pues. ¿Prefieren un gobierno de FSM, probablemente mediocre y con escándalos, o un conflicto prolongado e impredecible? ¿Cuál sería más costoso y perjudicial para el pueblo?

Porque dilema, es “una situación difícil o comprometida en que hay varias posibilidades de actuación y no se sabe cuál de ellas escoger porque ambas son igualmente buenas o malas”.

Si el Tribunal ratifica la sanción a Salgado Macedonio, recordemos que en 1993 siguió al pie de la letra el manual de protestas postelectorales de López Obrador, al declarar electo al entonces candidato René Juárez, el Toro boicoteó la toma de protesta del priista y anunció una resistencia civil indefinida, cuyo primer acto declararse “gobernador legítimo” de Guerrero.

Entonces, la movilización duró poco. Hoy, el músculo electoral de Félix es innegable, y ahora el contexto de su protesta le daría una fuerza mucho mayor, con efectos incalculables.

Por eso, yo prefiero el pragmatirmo del Lesser evil, el mal menor. Nunca como ahora, el horno ha estado para bollos.

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