Dejan un descuartizado en cajuela de auto en la Costera de Acapulco
MORELIA, Mich., 24 de septiembre de 2016.- El paradero del sacerdote de Puruándiro, Michoacán, José Alfredo López Guillén, sigue siendo un misterio. Hay por lo menos cinco líneas de investigación, y dudas sin fin. Y lo único prácticamente seguro, virtualmente descartado, es que el prelado haya sido secuestrado.
Las pesquisas de Quadratín y las conjeturas de fuentes próximas a las investigaciones ministeriales sugieren que no existieron amenazas ni violencia en el entorno en que desapareció el cura.
A más de cien horas de su último avistamiento, testimonios y evidencias indican que el padre López Guillén conocía perfectamente a todas las personas con las que interactuó, e inclusive se ausentó por sus propios medios.
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