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CIUDAD DE MÉXICO, 31 de marzo de 2018.- El cierre de las Islas Marietas y el Santuario de las Luciérnagas en Tlaxcala son dos ejemplos de cómo la publicidad a través de redes sociales fue tan explosiva que superó la afluencia de visitantes y registraron complicaciones.
Así lo explicó Ilia Alvarado Sizzo, investigadora del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, quien consideró que las redes actúan como una forma de publicidad espontánea, instantánea y de gran alcance.
“Esto sucedió con las Islas Marietas y el Santuario de las Luciérnagas en Tlaxcala, que se hicieron populares a través de fotografías compartidas en Facebook. Lo que no se previó es que se trata de áreas naturales protegidas y empezó a llegar tanta gente, que en el caso de las Marietas fue necesario restringir el acceso, porque se superó la capacidad de carga del lugar”, recordó Alvarado Sizzo.
Las agencias turísticas se han percatado del impacto de esta práctica, y para seguir presentes empiezan a lanzar promociones a través de las redes sociales.
No obstante, este nuevo modo de publicidad tiene ciertas desventajas, pues la promoción en redes puede ser tan explosiva que a veces genera una afluencia para la que no está preparado el destino.
La especialista comentó que una característica poco positiva del turismo actual es que la gente viaja con la idea de buscar paisajes atractivos o exóticos para compartirlos por las redes sociales, situación que puede hacer de su visita una experiencia trivial porque dejan de lado el conocimiento real del lugar.
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