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Supervisan avances de construcción de biblioteca de Iguala
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de noviembre de 2018.- La Iglesia Católica reconoce que la pobreza en México hunde sus raíces en un sistema político y social cimentado en la corrupción, la ambición y la codicia por lo que propone ir más allá de los paliativos y actuar con obras en beneficio de tantos hombres y mujeres pobres que hay en el país.
El Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México publicó su editorial dominical llamada El dolor del pobre nos llama a trabajar unidos donde hace una reflexión para ampliar las obras e ir más allá de los esfuerzos dispersos.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en sus resultados más recientes sobre pobreza en México, indican que en el año 2016 a nivel nacional se tenían 53.4 millones de personas en esa medición, es decir, un 43.6 por ciento de la población mexicana.
De esa cifra, un 7.6 por ciento, es decir, 9.4 millones de personas estaban en condiciones de pobreza extrema, lo que se define por el Coneval como la gente que se encuentra con tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo.
Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
“El fenómeno de la pobreza en el mundo es, desde luego, un problema multifactorial; pero en el caso particular de México, éste hunde sus raíces principalmente en un sistema político y social cimentado en la corrupción, la ambición y la codicia, lo que ha traído como consecuencia un deterioro en el poder adquisitivo, altos niveles de desempleo, bajo desarrollo empresarial y la concentración de la riqueza en pocas manos”, lamenta la Arquidiócesis Primada de México.
“Ante este panorama, la Iglesia no ha renunciado a su deber de denunciar la injusticia social, que frecuentemente se relaciona con la acumulación de la riqueza inmoral. Pero sobre todo, no ha cejado en su empeño por dar una respuesta efectiva en el combate a la pobreza a través de la caridad”, señala la editorial.
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