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ARCELIA, Gro., 26 de octubre de 2020.- A pesar de que Ciudad Altamirano es el epicentro de los contagios de Covid 19 en la región de la Tierra Caliente, los habitantes, la movilidad y la actividad comercial se encuentra al 100 por ciento, sin que se apliquen las medidas sanitarias como la sana distancia, el uso del cubrebocas o el gel antibacterial.
De acuerdo con las cifras del sitio coronavirus.gob.mx, este municipio tiene 289 casos confirmados, ocho de ellos activos, y 44 defunciones; le sigue Arcelia con 148 casos, tres activos y 10 muertes, y Coyuca de Catalán con 125 contagios, seis activos y 18 fallecimientos.
El corredor comercial ubicado frente al mercado Salvador Santamaría es uno de los lugares donde más se concentran pobladores y visitantes por la venta de productos no esenciales.
Ropa, zapatos, joyería y ambulantaje es lo que se encuentra en los locales, sin que las autoridades apliquen restricciones de movilidad, aunado a la invasión de la calle, que impide que las personas guarden la distancia al caminar.
Comerciantes indicaron que ante la nula ayuda del gobierno municipal, no tienen otra opción que abrir sus negocios, sin embargo, son pocos los que ofrecen gel antibacterial o tienen tapetes desinfectantes.
“El gobierno nos pidió que cerráramos como a mediados de marzo, pero no nos dieron ninguna ayuda para aguantar esto, por eso volvimos a abrir todos, algunos sí hacemos lo que nos piden de tener limpio y guardar distancia, pero hay otros que tienen sus negocios como si nada y nadie les dice nada”, indicó un vendedor.
La avenida Lázaro Cárdenas es otro de los sitios donde la movilidad permanece activa. Dicha vía comunica con el estado de Michoacán, por lo que el transporte público siempre se encuentra al 100 por ciento de su capacidad.
“Nosotros de por sí, desde antes de esto del Covid ya no vamos para allá (Michoacán), porque los del crimen nos lo prohibieron y luego quieren que no llenemos las Urvans, no nos sale nada de ganancias y nadie nos ayuda”, aseguró un chofer.
En esa vía hay bancos, ferreterías, tiendas de electrodomésticos y de autoservicio, por lo que se generan largas filas y aglomeración de personas para entrar a los establecimientos.
En tanto los habitantes consideran que la pandemia es un invento por el que no van a parar sus actividades diarias.
“Tenemos que hacer nuestras compras, tenemos que salir a trabajar, no hay dinero, no podemos quedarnos en nuestras casas a esperar que esto pase”, comentó una ciudadana.
Además los bares ya reabrieron, pero los dueños y encargados se quejan de que las autoridades no les permiten operar al 100 por ciento de su capacidad, pero “hay un chingo de bares clandestinos”, denunció uno, sin que se les clausure o sancione.