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Rinden homenaje a líder de la CETEG asesinado en Chilpancingo
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de octubre de 2018.- En una realidad inédita, países como Bolivia, Paraguay y México están aprendiendo a ser receptores de migrantes, y otros, como Venezuela, a ser expulsores.
Así lo explicaron académicos de 12 países de la región, que forman parte del Seminario Universitario de Estudios sobre Desplazamiento Interno, Migración, Exilio y Repatriación (SUDIMER) de la UNAM, y de la Red Temática Migrāre Migraciones y Movilidades.
La máxima casa de estudios señaló que no sólo Venezuela y Honduras, toda Latinoamérica vive una efervescencia migratoria que inevitablemente reconfigurará las sociedades en América; esta situación se origina en contextos de crisis en cada país.
En el auditorio Jorge Carpizo de la Coordinación de Humanidades de la Universidad Nacional, presentaron los resultados de un estudio en el que, desde una perspectiva comparativa del marco jurídico de naciones latinoamericanas que reciben oleadas de migrantes venezolanos, analizaron las posibilidades laborales, opciones de residencia legal, naturalización y acceso a la condición de refugiado.
Luciana Gandini, coordinadora del SUDIMER e integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), comentó que la información fue obtenida y procesada a partir de los testimonios de venezolanos radicados en 12 naciones del continente (20 testimonios por país): Uruguay, Paraguay, Brasil, Argentina, Perú, Colombia, Ecuador, República Dominicana, Chile, Bolivia, Estados Unidos y México.
Alexandra Castro Franco, de la Universidad Externado de Colombia, indicó que en los países latinoamericanos no se ha atendido la vulnerabilidad ni la integración social de los migrantes.
“Estamos ante una realidad inédita, que se ha complicado por la normatividad; además, seremos testigos de una reconfiguración de nuestras sociedades. En estas circunstancias, se podría aprovechar el potencial laboral de los extranjeros, que puede ser positivo para los territorios receptores”, subrayó.
Relató que los venezolanos también salen de su país en grandes caminatas de 30 días hacia otras naciones como Brasil.
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