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ACAPULCO, Gro., 2 de junio de 2017.- El consultor en política pública Carlos Juárez Cruz hizo un llamado urgente a los tres niveles de gobierno, sociedad civil, empresarios y ciudadanos para atender a las víctimas de la violencia, además de contener y romper los ciclos que la provocan en corto plazo, así como para mitigar y tratar de detener los efectos negativos que tiene en el puerto.
“Todos sabemos que México, Guerrero y en específico Acapulco, estamos en una crisis terrible de violencia, sólo en Acapulco entre 2011 y 2016 hay más de 5 mil víctimas por homicidios dolosos, algunos expertos calculan que en promedio cuatro personas alrededor de víctima se considera víctimas indirectas, si tenemos 5 mil homicidios en ese periodo y cuatro víctimas tenemos 20 mil solamente por homicidios no estamos hablando de otros delitos, que nadie está atendiendo o parece que no lo están haciendo de manera sistemática”, aseguró Carlos Juárez en el seminario Las violencias en México: causas, consecuencias y derroteros.
Agregó que “el trauma que no se proceda y no se sana se transfiere, por eso es que tenemos ciclos de violencia interminables, entonces hace falta mucho trabajo, que otras instituciones se involucren, no sólo la Iglesia, así como la academia”.
En entrevista para Quadratín, después de su ponencia Del horror a la esperanza: aportes del Proyecto de acompañamiento a víctimas de las violencias a la construcción de la paz en Acapulco, el consultor afirmó que hay una confusión del gobierno municipal, así como de las personas que diseñan las políticas públicas, porque hablan de prevención del delito, lo cual dijo es importante, pero que no nos sacará de la crisis que se vive.
“Nuestra ciudad está en llamas, necesitamos apagar el incendio y después ver las políticas para prevenir incendios. No empiezas por hacer políticas de prevención y después apagar el fuego”, señaló Juárez Cruz.
“En Acapulco todos estamos enfermos de violencia, todos somos víctimas de alguna manera y todos vivimos con miedo y necesitamos este tipo de atenciones y sanación colectiva”, indicó.
En su ponencia en el Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados Ignacio Manuel Altamirano, Carlos Juárez explicó que la paz en Acapulco no se construirá en cinco o 10 años, sino en el mismo tiempo que le tomó a la ciudad descomponerse.
“La crisis que estamos viviendo no se construyó ni en cinco años ni en 10 años en Guerrero y Acapulco, así como hace 20 años la falta de prevención nos tiene sumidos en la violencia de hoy, ya que es la acumulación de fallas estructurales, institucionales y sociales. Lo que dicen es que el tiempo que te toma descomponer una ciudad es el tiempo que te toma reconstruirla. Esta crisis viene desde el botón turístico de Acapulco, el crecimiento desproporcionado”, puntualizó.
Además de “la falta de planeación urbana, falta de respeto a los marcos jurídicos, falta de gobiernos eficaces, la crisis de corrupción que vive la ciudad, la falta de participación ciudadana, un largo de factores, tenemos que pensar que es un trabajo de largo plazo y lo que hoy tenemos que hacer es recuperar la esperanza, es importante que pensemos que sí se puede salir de esta crisis”.
Carlos Juárez señaló que la prevención es muy importante, pero lo que él recomienda al gobierno es la contención de la violencia, ya que hay estrategias muy puntuales que combinan los implementos de prevención y contención, “parece que las autoridades han aprendido un discurso del tejido social y repiten hasta el cansancio y no se ve que estás acciones te lleven a algún tipo de estrategia, los gobiernos parecen más preocupados por cuidar su imagen que resolver los problemas de la gente”.
Otra de las preocupaciones que el consultor demostró en su investigación es la nueva generación de niños que son huérfanos por la violencia, que han perdido a uno o sus dos padres, que crecen con un resentimiento y abandono del estado mexicano, “nadie le provee sanación, cómo va a crecer este muchacho, tenemos gente que crecerán humanamente descompuestos y muy afectados”, comentó.
Por otra parte, indicó que el programa de acompañamiento a víctimas de las violencias para la construcción de la paz, de la Arquidiócesis de Acapulco, se lleva a cabo en las regiones de la Costa Chica, Costa Grande y el puerto, con 94 voluntarios en 15 parroquias, el cual hasta noviembre de 2016, había atendido a 2 mil 100 víctimas.
“La Arquidiócesis entró al proyecto por algunos liderazgos como Jesús Mendoza, Bulmaro Cabrera y por monseñor Carlos Garfias, cuando brota la violencia deciden tomar acciones y dan este proyecto con ayuda de Cáritas Colombia y unas universidades y deciden diseñarlo”, concluyó.