Quadratín Bajío está de manteles largos
CIUDAD VALLES, SLP., 1 de junio de 2020.- Miguel Echavarría Gallegos lleva 44 años al frente de la panadería que era de su padre: La Fe, que a su vez está cumpliendo seis décadas; en los últimos años ha procurado darles oportunidad laboral a quienes también estudian –“sobre todo en estos tiempos difíciles de crisis”- pero quizás no esperaba que esa idea lo pusiera ante una situación que fue de la broma a la seriedad.
Todo empezó cuando una de sus auxiliares, Karla Fonseca Herrera, joven estudiante de Administración y por tanto muy familiarizada con la tecnología y el internet, encontró en las redes sociales una publicación, que a propósito de la pandemia del Covid 19, aludía a partir la Rosca de Reyes de una vez, por aquello de que el virus no permitiera llegar a la tradicional fecha del 6 de enero.
“Y me la enseñó, riéndose, porque decía que la persona que venía ahí, se parecía a mí”, recuerda. Pero después, el empresario y su asistente pasaron de la hilaridad a la formalidad, pensando entre sí ¿y por qué no hacerlo?, aunque el propósito inicial era elaborar solamente algunas roscas, subir la imagen al Facebook, y a todo el que le diera ‘like’, obsequiarle una rebanada, con una taza del café orgánico que La Fe vende como marca de la casa.
“Lo más curioso es que al final no regalamos ningún pedazo, porque la gente no quería una parte, sino una rosca completa, vendida; venían o nos la pedían por teléfono, nos hablaban hasta de Tampico y de San Luis, y pues, ni modo de no venderles, esto es un negocio. Al final nos llenamos de solicitudes y de pedidos, y en dos días (el pasado fin de semana) vendimos mucho más que lo que normalmente vendemos en Día de Reyes”, explica Miguel Echavarría.
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