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ACAPULCO, Gro., 10 de julio de 2023.- El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández llamó al diálogo con gente poderosa para destrabar el conflicto que desató el terror en la capital del estado.
Dijo que los habitantes en la región Centro y otros municipios, viven espantados desde el sábado que se desató la violencia contra el transporte público y luego del hallazgo de los cuerpos de cinco personas desmembradas hace unas semanas.
“Queridos hermanos, estoy como ustedes, encerradito. No fui a Colotlipa, tenía allá una bendición de una imagen restaurada de nuestro señor Jesucristo y la misa de coronación. Ya no fui a Colotlipa, me sugirieron que la pospusiera y me quedé aquí y me agarraron los reporteros”, dijo durante una transmisión en redes sociales, a propósito de una entrevista para radio.
Agregó que no se sabe quién ha provocado los hechos delictivos y la irrupción de pobladores de Mochitlán y Quechultenango a la capital del estado, por lo que todo ha sido sorpresivo, principalmente porque está recién llegado de Roma.
“Ayer en la misa pedí y consagramos Chilpancingo para que se resuelva el problema porque nosotros queremos trabajar y queremos vivir en paz, seguros y tranquilos, y nosotros confiamos en nuestras autoridades y sobre todo en Dios que mueve los corazones. Yo les doy mi bendición desde mi casita, que Dios los bendiga”, anotó.
Llamó a confiar en que los líderes que representan al gobierno; sin embargo, abogó porque haya alguien a quién recurrir para que destrabe la situación y ayude a aclarar quiénes están tras los bloqueos en la capital.
Antes, agradeció a quienes acudieron a misa el domingo y se atrevieron a llegar a pie ante la falta de servicio de transporte público.
A los criminales recordó que tienen las puertas abiertas a la conversión y a cambiar de vida.
“Da pena que algunos se dejen llevar por la violencia, da pena que algunos se dejen llevar por el pecado, por la instigación del maligno que mueve al vandalismo, que mueve a la destrucción. ¿Por qué destruir carros, por qué destruir caminos, por qué destruir casas, por qué destruir vidas?”, cuestionó.
Recordó que el mensaje que recibieron en Roma fue que no se dejen envolver por las olas de pánico ni se involucren en el miedo o el temor; en cambio contribuir a superar los problemas con confianza.