El último aliento
Por Vicenta Molina Revuelta*
La pandemia causada por la Covid 19 ha venido a modificar radicalmente la vida de las personas en todas las sociedades del mundo. Ha puesto al descubierto la vulneración del ser humano y el limitado margen de maniobra de los sistemas de salud de casi todas las naciones frente al tamaño del problema.
Sus mayores efectos sin duda han sido en el ámbito social, de la salud y de la economía, sin embargo, ha impactado también en áreas torales como la política y el derecho, y por otra parte ha detonado el uso de las tecnologías de la información, marcando un antes y después en el campo laboral, escolar, profesional y comercial.
En el análisis prospectivo, preocupa no saber a ciencia cierta cuándo y cómo superaremos completamente el problema, ni de qué forma nos impactará en nuestro quehacer individual y colectivo; lo que inevitablemente nos debe llevar a pensar en todos los escenarios posibles a los que podemos enfrentarnos, tanto en lo público como en lo privado, más aún, al no haber una vacuna que prevenga y erradique la enfermedad.
Actualmente la expectativa gubernamental y de la población en general radica en el levantamiento paulatino del confinamiento y de la vuelta a la normalidad, sin embargo, al mismo tiempo se habla ya de la amenaza de presentarse un rebrote en el corto plazo, incluso, durante el inicio de la etapa de reincorporación a las actividades.
Sin duda la llamada nueva normalidad girará en torno al eje de la salud pública, a partir de la adopción permanente de medidas de higiene, seguridad y distanciamiento social que se traducirán en nuevas formas de organización en el trabajo, la escuela, la familia y en lo público; y me parece que no será solo hasta controlar completamente el riesgo de transmisión de este virus, sino como parte de una nueva cultura que nos permita enfrentar mejor este tipo de contingencias.
A nivel mundial y local, la materia electoral no ha sido ajena a los efectos de la pandemia. De acuerdo con IDEA Internacional por lo menos 65 países, entre el 21 febrero y el 7 de junio, han aplazado, suspendido o modificado sus procesos electorales para asegurar la salud de su población entre las que principalmente destacan las elecciones presidenciales y legislativas de República Dominicana, las elecciones presidenciales en Polonia, las elecciones generales de Bolivia, las elecciones locales en Uruguay, la segunda vuelta de las elecciones locales de Francia, un referéndum en Italia, y la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias de Irán; asimismo 33 países más han llevado a cabo sus elecciones con la implementación de medidas para evitar el riesgo de contagio como el caso de las elecciones parlamentarias de Corea del Sur e Irán y las elecciones locales de Japón, por citar solo algunas.
En el contexto de la pandemia, electoralmente hablando se han abierto principalmente dos frentes de análisis. Por una parte, como medida emergente se analiza la necesidad de suspender temporalmente los procesos electorales, sin que ello signifique, posponer indefinidamente una elección, en razón de que ese supuesto no está previsto en el marco constitucional, sino como una forma de asegurar el derecho humano a la salud en coexistencia con los derechos políticos electorales; y por otra parte, se estudian posibles mecanismos alternativos del voto y nuevas formas de organización de una elección, como por ejemplo, la implementación del voto electrónico, el cual no es algo nuevo, ya que se ha implementado en algunos Estados de la República.
Como sabemos el 2020 – 2021, es un año electoral en México en el que se renovará la Cámara de Diputados Federal, 15 gubernaturas, 30 Congresos Locales y Ayuntamientos en 30 entidades federativas, que en muchos de los casos se orientan hacia una reconfiguración en sus plazos y formas debido a la pandemia. Si bien es cierto que en la mayoría de las entidades los procesos electorales inician en fechas distintas durante el segundo semestre del año, no puede soslayarse la necesidad de pensar qué condiciones sanitarias podrían prevalecer para entonces.
El primer referente en este sentido tuvo lugar a cargo del INE, en el que a través de su facultad de atracción, mediante acuerdo INE/CG83/2020 de fecha 1 de abril, determinó la suspensión temporal de los procesos electorales de Hidalgo y Coahuila, pospuso la jornada electoral que tendría lugar el domingo 7 de junio, y sujeta la reanudación del proceso electoral en función de las indicaciones que al respecto dicten las autoridades sanitarias, pudiendo ser a finales de julio o principios de agosto de este mismo año.
Por otra parte, de acuerdo con información generada por la Asociación Mexicana de Consejeras Estatales Electorales (AMCEE), en por lo menos nueve entidades federativas (Chihuahua, Querétaro, Baja California, Oaxaca, Sinaloa, Zacatecas y Campeche, Chiapas, y Estado de México) se han realizado cambios en las fechas de inicio de sus procesos electorales locales para los meses de octubre, noviembre y diciembre de este año y enero de 2021, respectivamente.
Las razones que motivan o motivaron a algunos Congresos Locales y en su momento al propio INE, a considerar la modificación de plazos o la suspensión temporal de los procesos electorales radican primordialmente en evitar la propagación del virus, a lo que actualmente se suman las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que prevé un segundo pico casi de manera inmediata a la disminución de casos; así como la propia estimación del Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno federal, Hugo López Gatell, en el sentido de preverse una segunda ola de contagios de Covid 19 para el mes de octubre del presente año.
En este escenario puede advertirse que la organización de los procesos electorales de las entidades federativas, cuyos inicios repito se prevén entre los meses de septiembre y octubre, podrían verse afectados ante un posible rebrote de contagios, lo cual merece una atención especial por parte de las autoridades electorales y de salud, si tomamos en cuenta que la participación ciudadana es parte esencial de la democracia y consecuentemente el eje central de las elecciones.
En esto último, quiero hacer especial énfasis por el impacto que podría darse en el proceso electoral local de Guerrero, porque como todos sabemos en el ejercicio democrático, las y los ciudadanos participan activamente en diversas etapas del proceso electoral y ante ello el reto es salvaguardar su salud evitando al máximo el riesgo de contagios.
En el contexto electoral de Guerrero, elegiremos una gubernatura, 46 diputaciones al Congreso Local, 80 Presidencias Municipales, 85 Sindicaturas y 580 Regidurías, es decir, un total de 792 cargos de representación popular. El inicio del Proceso Electoral está previsto para el día 9 de septiembre del 2020, lo cual cronológicamente nos coloca en un supuesto adverso ante el riesgo de contagio del virus, en los términos de las estimaciones citadas, por lo que inevitablemente resulta necesario tener presente dicha amenaza.
En mi opinión, el escenario con mayor probabilidad de que así ocurra es que daremos inicio al proceso electoral, en la fecha prevista, pero incorporando buenas prácticas en seguridad sanitaria y de protección, e implementando en lo posible, nuevas modalidades a la forma tradicional de realización de actividades correspondientes a la etapa preparatoria de la elección dependiendo del nivel de riesgo sanitario que decreten las autoridades correspondientes, lo cual desde mi punto de vista implicaría de inicio recurrir al uso de las tecnologías de la información que nos permitan la realización en línea o vía remota del mayor número de actividades posibles para evitar el contacto físico, a fin de salvaguardar el derecho a la salud de la base trabajadora y salvaguardar los derechos político-electorales de la ciudadanía guerrerense; y en aquellas que estrictamente se tuvieran que realizar de manera presencial observar la sana distancia y el uso de sanitizantes y medidas de protección personal.
En este sentido, considero que podrían verse afectadas o ser objeto de alguna modificación en su realización o calendarización, principalmente las actividades referentes a la selección, integración e instalación de los veintiocho Consejos Distritales que conforman la geografía electoral en Guerrero, incluyendo las respectivas Secretarías Técnicas; la recepción de solicitudes de quienes deseen participar como observadores electorales; la emisión de la convocatoria para candidaturas independientes y demás actividades inherentes a la misma; y la recepción de solicitudes de registro de convenios de coalición y candidaturas comunes para las elecciones de Gubernatura, Diputaciones Locales y Ayuntamientos.
De igual forma, podría impactar en la modalidad de la capacitación a Supervisores Electorales (SE’s) y Capacitadores Electorales (CAE’s), la capacitación a las y los Funcionarios de las Mesas Directivas de Casilla (FMDC) que aun cuando no es una función propia del Instituto Electoral Local (IEPC-Gro) se coadyuva en algunos tramos de responsabilidad con el Instituto Nacional Electoral (INE).
Por otra parte, independientemente que para el día de la jornada electoral (6 de junio 2021) hayan disminuido significativamente los riesgos en la salud, será importante continuar con el distanciamiento social y no bajar la guardia, esto es que en cada sección electoral en la que se instalen Mesas Directivas de Casilla deban preverse lugares mucho más espaciosos, con mobiliario suficiente que permita guardar la sana distancia entre los Funcionarios de las Mesas Directivas de Casilla (FMDC), la ciudadanía que acuda a emitir su voto, las y los observadores electorales, así como las representaciones partidistas.
Quienes deberán portar equipo de protección como guantes, cubrebocas, gafas protectoras, mascarillas, gel desinfectante de manos, entre otros, a fin de que se tenga el menor contacto o riesgo de una posible infección entre ellos al momento de intercambiar la credencial para votar y en la entrega de las boletas electorales. (Sería muy útil la utilización de un lector óptico)
Sin dejar de lado que el día de la jornada electoral pudiera incrementarse la ausencia de las y los funcionarios de las Mesas Directivas de Casilla, así como el abstencionismo por temor al contagio, sin embargo, esperemos que esto no sea así, y que contemos con una mayor participación ciudadana.
Por otra parte, y a manera de opinión personal, me parece que, ante una situación crítica de salud, no debe pasar desapercibido como último recurso, la opción de suspender temporalmente algunas actividades, De ser así, ¿cuál sería la ruta para que tenga lugar una posible suspensión temporal del proceso electoral local en Guerrero? Lo primero que debe de actualizarse es la existencia de un alto riesgo de contagio entre la población, a causa, hasta ahora, por el Covid-19 y con ello que las autoridades sanitarias determinen las medidas a seguir por parte de las instituciones públicas y la población en general, entre ellas el propio confinamiento que impida la propagación del virus; Segundo, que el INE, en su carácter de autoridad rectora en materia electoral, a través de su facultad especial de atracción (Base V, apartado C, párrafo segundo, inciso c) del artículo 41 de la CPEUM) determine la suspensión del proceso electoral local, para asegurar los derechos humanos a la salud de la ciudadanía, así como sus derechos políticos electorales.
Lo anterior tomando en cuenta que la facultad de atracción es la atribución que tiene el Instituto Nacional Electoral para atraer a su conocimiento cualquier asunto que se encuentre dentro de la competencia de los Organismos Públicos Locales, cuando su trascendencia lo determine o cuando se tenga la intención de sentar un criterio de interpretación para situaciones futuras.
Finalmente y a manera de analogía conviene precisar que para el caso de Guerrero, la vía legislativa por parte del Congreso local, no resulta aplicable a estas alturas, en razón de que en observancia a lo dispuesto en nuestra carta magna, toda reforma en materia electoral tiene que darse 90 días antes del inicio del proceso electoral, término que ha fenecido. Como también es preciso señalar que dentro de las atribuciones del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero, no existe una atribución específica que lo faculte para suspender temporalmente las actividades inherentes al proceso electoral.
*Consejera electoral del IEPC Guerrero