Teléfono rojo
La carestía de la 4T: casetas, luz, gasolinas
La pandemia y la devastadora crisis económica, social y humana que ha traído como consecuencia, desnudó las carencias del actual gobierno federal y su proyecto de Cuarta Transformación, que en términos reales ha transformado en efecto muchas cosas, pero para empeorarlas.
Un presidente obcecado de carácter, con ideas obsoletas y anclado en la forma de gobernar de los setenta, obviamente no puede conducir al país sino al callejón sin salida en que se encuentra.
El catastrófico manejo de la pandemia, que ha dejado casi 170 mil muertos oficiales, mismos que habrá que abonar a la conciencia del tabasqueño y su cauda de corifeos, así como el errático Plan Nacional de Vacunación, que no ha logrado sino vacunar en todo este tiempo, desde que llegaron las primeras vacunas, a poco más de 700 mil mexicanos, algunos en una sola dosis, cuando en otros países en un solo día se vacunan millones, son sólo dos muestras de la terrible realidad que enfrentamos.
Pero esta crisis no sólo devasta la salud y la vida de muchos mexicanos, sino que ha conducido al país a una devastación económica mucho peor de las que cotidianamente se acreditan a los neoliberales, que son clientes permanentes de la verborrea presidencial.
Cientos de miles de empleos perdidos, ausencia de políticas públicas para apoyar a las medianas y pequeñas empresas, y ahora una carestía que nadie controla, pero que erosiona el escaso poder adquisitivo de las familias, que cada día se ven más empobrecidas, es lo que tiene al país casi en estado de postración.
La insurrección popular contra la pobreza cabalgante está siendo apenas contenida gracias a los programas sociales clientelares de la 4T, pero eso no podrá durar por siempre, porque desde luego no hay presupuesto que lo aguante. Regalar dinero para tener simpatía y dividendos electorales es fácil, habrá que ver hasta cuándo lo podrá soportar el país.
En Guerrero, en las últimas semanas esa carestía ha hecho crisis. Incluso muchos temas han llegado al Congreso del estado, porque desde luego hay diputados que están conscientes de la muy difícil circunstancia económica que cotidianamente viven sus representados, mucho más si recordamos que este estado suriano ha sido pobre y ahora lo es más.
Uno de los legisladores que ha sido más insistente sobre estos temas, ha sido Jorge Salgado Parra, quien desde el inicio de la 62 Legislatura ha reiterado su llamado para que CAPUFE considere un descuento en las tarifas de peaje, que recientemente aumentaron un 3 por ciento a nivel nacional, supuestamente para resarcir el efecto de la inflación.
Sin embargo, a pesar de la insistencia de Salgado Parra, hasta el momento no ha habido respuesta por parte de las instancias federales, como tampoco ha habido respuesta al otro exhorto planteado por el legislador, en el sentido de que Guerrero también sea beneficiado por la Comisión Federal de Electricidad con la firma de un convenio similar al denominado “Adiós a tu deuda”, que significó en Tabasco la condonación del adeudo histórico que arrastraban decenas de miles de familias con esa empresa del estado mexicano.
Está muy bien, desde luego que AMLO beneficie a sus paisanos, eso habla positivamente de su sentido de pertenencia, pero estaría mucho mejor si esa generosidad también se reflejara en favor de otros estados, más marginados y sin el desarrollo industrial de Tabasco, como el nuestro y otros más como Oaxaca y Chiapas.
También el legislador Salgado Parra ha planteado que la CFE no debería aplicar en la entidad la tarifa 1B que es de las más elevadas, lo que es una incongruencia, porque Guerrero es un estado del sur del país, con clima extremadamente cálido la mayor parte del año, por lo que la tarifa que se debería aplicar es la 1F como se hace en otras entidades.
Habrá que esperar qué respuesta tienen estos planteamientos, pero en vista del comportamiento del actual gobierno federal, es difícil que sea positiva. Eso ya quedará en la consciencia de los regenteadores de la 4T, por su parte, el Congreso de Guerrero dejará a salvo su responsabilidad de tutelar el interés de los habitantes del estado.
Otro asunto que no tarda en llegar al recinto legislativo es lo referente al precio de la gasolina y el diésel, que paradójicamente en Chilpancingo se ha disparado para ubicarse algunos días como el más caro del país, generando movilizaciones de organizaciones sociales, empresariales y de transportistas, pues se afecta con ello a amplios sectores de la población.
El presidente López prometió desde su campaña precios racionales en los combustibles, obviamente eso tampoco lo cumplió.