Sin mucho ruido
El Abuchómetro de la 4T vs el Aplausómetro de los gobernadores
Lo que creímos era sólo el “incidente” de enero, con el insólito abucheo en Tlapa orquestado por Pablo Amílcar Sandoval contra el gobernador de Guerrero – en la visita del presidente AMLO- , era el comienzo de lo que hoy son los “torneos de insultos y descalificaciones…infantilismo político”, así llamados por el mismo presidente López Obrador ; “promotores del odio y del rencor”, como ventiló Héctor Astudillo Flores; “correr los riesgos de las groserías, para no pasar como descortés”, como sentenció el gobernador de Chihuahua Javier Corral; protocolo, calificaría José Ignacio Peralta, de Colima, lo cierto es que no hay evento que el ejecutivo federal encabece en una entidad con gobierno distinto a Morena, en donde no se encienda el “abuchómetro”.
Es con este moderno mecanismo de la cuarta transformación (4T) como se pretende hacer creer que se “mide” la empatía de los mandatarios estatales en relación a los altos índices de aceptación del Presidente de la República. Y aunque de forma desenfadada, AMLO desde una de sus conferencias mañaneras minimiza el abuchómetro de sus seguidores, reconociendo que “solo en un caso sentí que sí hubo manipulación, en el caso de Guerrero, en una visita que hice a Tlapa… y llamé la atención sobre eso”, sigue la mata dando.
La estrategia medio comienza a funcionarle. Y es que este fin de semana el gobernador panista de Aguascalientes, que decidió sólo recibir al presidente en el aeropuerto y no acompañarlo a la entrega de apoyos de los Programas Integrales de Bienestar, recibió también el “abuchómetro”, encendido en ausencia recibiendo sonora rechifla cuando AMLO “justificó” la inasistencia de Martín Orozco, o sea, ni en ausencia la van a librar. Y refiero que medio le está funcionando la estrategia de dejar a los gobernadores en la comodidad de sus Palacios, porque este fin de semana sus anfitriones en Guanajuato, el panista Diego Sinhué, y en Jalisco el emecista Enrique Alfaro, le ganaron la partida, alacallar el “abuchómetro” llevando el “aplausómetro”a los actos públicos encabezados por el tabasqueño, en donde los decibeles de sus respectivos acarreados opacaron los abucheos morenistas.
En 100 días de gobierno, 22 mandatarios estatales han pasado por esos desagradables episodios. Lo que le sucedió a HAF en Tlapa, antes lo vivieron sus homólogos de Baja California Sur (PAN), donde el 18 de septiembre pasado AMLO decidió institucionalizar el despliegue del “abuchómetro”, Campeche (PRI), Aguascalientes (PAN), Nuevo León (El Bronco, independiente), Tabasco (su antiguo aliado y paisano, el gobernador saliente Arturo Núñez, PRD), Hidalgo (PRI), Coahuila (PRI), y Michoacán (PRD, otro de sus ex aliados); incluso uno de sus nuevos discípulos, el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, también fue sometido al “abuchómetro”, aunque esto porque el ex futbolista se atrevió a disputarle el balón a la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, por el control de la fracción parlamentaria del Congreso Local.
El mismo método 4T lo han padecido los gobernadores de Oaxaca (PRI), Zacatecas (PRI), Estado de México (PRI), Sinaloa (PRI), San Luis Potosí (PRI), Tlaxcala, (PRI), Quintana Roo (PRD), Chihuahua (PAN), Sonora (PRI), Baja California (PAN), Colima (PRI) y el último Aguascalientes (PAN) en ausencia.
El “abuchómetro” parece llegar para quedarse al menos estos seis años, sin importar el pataleo de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), instancia que prepara una queja ante las agresiones de las que han sido objeto los gobernadores de oposición, dejando en claro que no van a permitir que se sigan presentando este tipo de escenificaciones en los mítines y de que amaguen con no asistir a los eventos del presidente López Obrador, quien por lo visto, ni sufre ni se acongoja, precisamente le dejarían el templete a sus anchas. Y seguramente estará pensando el tabasqueño recetarles la salida que aplicó ante la aparición pública del grupo plural #YoSíQuieroContrapesos:“ternuritas…no hagan el ridículo”.
Habrá que ver si los organizadores en Guerrero le apostarán al abuchómetro ante la nueva visita del presidente Andrés Manuel López Obrador (el próximo 22 de marzo en esta entidad) para dar continuidad al Programa “Mejoramiento Urbano Mi México Late” para zonas marginadas. Ojalá que no, sería terquedad pura y desentendimiento al “regaño”, veamos.