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ACAPULCO, Gro., 24 de octubre de 2024.- Familiares, amigos y fieles católicos asistieron a una misa a bordo de una lancha en la bahía del puerto, para conmemorar a todas las víctimas del huracán Otis, a un año de la devastación.
Entregaron una ofrenda floral que fue arrojada al mar, en donde está ubicada la Virgen de los Mares, cerca de la isla de La Roqueta.
El párroco de la iglesia de Covadonga, Marco Antonio Galeana dijo que la misa es en honor a las personas fallecidas y desaparecidas, en su mayoría trabajadores del mar.
Pidió para que no vuelva a ocurrir otro fenómeno devastador de la categoría de Otis en Acapulco, así como por la paz ante la violencia que se vive en Guerrero.
“Pedimos señor que el señor tenga misericordia de ellos, perdone sus pecados y los reciba en el cielo, también nuestra oración se une a las familias, a los familiares de los que perdieron un ser querido a causa del huracán Otis, por eso hermanos nuestros, para que el señor les conceda consuelo y la paz. También oremos por nuestro puerto de Acapulco, pedimos al señor que nos proteja y nos libre de otra desgracia igual”, dijo.
Con lágrimas en los ojos, con una gran tristeza en sus rostros, familiares arribaron y abordaron a la embarcación de recreo, con las fotografías de los seres queridos que perdieron.
Algunos de los nombres que el párroco mencionó durante la celebración, fueron los de Moisés Andrés Martínez Hernández, Héctor Ramos Rodríguez, Ángel Gil Murga, Felipe Castro de La Paz, Joel Cruz del Carmen, Erik y Federico.
“En esta misa pedimos por el descanso eterno de nuestros hermanos, todos ellos perdieron la vida en el huracán Otis, pedimos al señor les abra las puertas del cielo”, indicó.
Durante su mensaje, el padre Marco Antojo Galeana dijo que hace un año nadie se imaginaba la destrucción ocasionaría el huracán Otis, ni el daño que ocasionaría.
“Nos levantamos fuertes y con ánimo de seguir una fuerza de la naturaleza, de la naturaleza hogares familias de Dios nos fortaleció, nos levantó hoy gracias al señor porque en medio de la tempestad el evangelio, el buen pastor en esas horas a nosotros el señor nunca nos abandonó”, mencionó.
Agregó que de las cosas positivas que se vivieron en las horas cruciales de impacto de Otis, es que todas las personas se acercaron a Dios con una plegaria, algún rezo o alguna petición, lo que los volvió más espirituales.
Reconoció que todas las personas sacaron su lado solidario y ayudaron a todos sus seres queridos, a sus vecinos, familias y demás gente que lo necesitaba.
“Pudimos experimentar la cercanía de los vecinos para ayudarnos después del huracán, tantas muestras de amor, tantas muestras de compasión, tantas muestras de misericordia, todo eso provocó el paso del huracán”, dijo.
El sacerdote dijo que este día las personas fallecidas son más recordadas, por lo que pidió a Jesús que les abra las puertas del cielo y gozar de la paz del paraíso, sobre todo para que recuerden sus grandes obras y el buen corazón que tenían y no por los errores cometidos.
“El señor Jesús está con ellos, el señor Jesús los fortalecerá y les dará la fuerza para seguir adelante”, indicó.
Después de la eucaristía y de la entrega del arreglo floral los familiares y observaron durante un momento el mar, lugar de trabajo de las personas, quienes con llantos y la tristeza que los abunda, se despidieron de ellos.