Lo condenan por privación de libertad de exdiputado en Chilpancingo
CHILPANCINGO, Gro., 28 de octubre de 2017.-Tuvieron que pasar más de dos años para que Epifanio Santos Jerónimo, un indígena nahua, volviera a su natal San Jerónimo Palantla, comunidad del municipio de Chilapa. De su pueblo salió con vida pero este sábado regresó en dos partes, luego de que su cuerpo decapitado fuera entregado a sus familiares por la Fiscalía General del estado (FGE) y el Servicio Médico Forense (Semefo).
Santos Jerónimo, de oficio chofer de Urvan, fue privado de su libertad por hombres armados el 21 de noviembre de 2014, según reportó su familia. Tenía 44 años.
Ese año se recrudeció la violencia en Chilapa y hasta la fecha no ha parado. La razón, la disputa del territorio entre los grupos delictivos Los Rojos y Los Ardillos.
El 27 de noviembre del 2014, como a las 8:00 horas, fueron localizados 11 cuerpos decapitados sobre la carretera de terracería que conduce a la comunidad Ayahualulco. Días después, las cabezas fueron encontradas en una fosa clandestina en la comunidad de Tepehuixco.
La familia Santos Jerónimo se sumó a los esfuerzos del colectivo Siempre Vivos, que desde el 2015 exige justicia para más de 100 personas desaparecidas en Chilapa y Zitlala, y tuvieron que esperar casi tres años para volver a saber de él. Una notificación de la Fiscalía, a través del Ministerio Público, les informó que uno de los 11 cuerpos encontrados ese 27 de noviembre correspondía a Epifanio.
Este sábado, los familiares del extinto chofer fueron acompañados de integrantes del colectivo Siempre Vivos a recoger el cadáver, entre ellos el vocero José Díaz Navarro quien agradeció que “por fin darán sepultura al cuerpo de uno de los desaparecidos”.
Díaz Navarro dijo que este caso no concluye con la entrega del cuerpo y que el siguiente paso es la exigencia de justicia, la detención y castigo a los responsables, así como la reparación del daño, “son los pendientes que las autoridades tienen con la familia de Santos Jerónimo”.