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CHILPANCINGO, Gro., 12 de diciembre de 2016.- Con tradicionales danzas antiguas como tlacololeros, chinelos, viejitos y moros, en los cinco tradicionales barrios de la capital, San Antonio, San Francisco, Santa Cruz, San Mateo y Tequicorral, iniciaron la velada a la Virgen de Guadalupe.
Este domingo, en las casas de Chilpancingo, se pudo observar el fervor que se le tiene a la que también se le conoce como la Patrona de México.
El chile frito, el pozole, el mezcal, los rezos y la pirotecnia estuvieron presentes en los hogares para celebrar a la Virgen María de Guadalupe.
En la populosa colonia Guerrero, se encuentra una de las iglesias con más devoción guadalupana, en donde alrededor de 120 peregrinos llegaron desde la Ciudad de México para para bendecir las imágenes con las que acompañarían a la Virgen la noche de este domingo.
Los peregrinos bendecían desde figuras hechas con yeso y otras más, hechas en los ceresos de todo el estado con hilo y otras pintadas a mano por artesanos.
En el barrio de San Mateo, también llegaron peregrinos que regresaron a Chilpancingo desde la basílica de Guadalupe trotando, pasando la antorcha de uno a uno, a todos los fieles guadalupanos.
Por manda o solo por fe, peregrinaron hasta la capital del estado para que la Virgen les concediera un milagro.
A las diez de la noche del 11 de diciembre, ofrecieron una misa en la Catedral de Santa María de la Asunción y la iglesia de La Villita en la colonia Guerrero, esta última es una réplica en miniatura de lo que es la basílica de Guadalupe de la Ciudad de México. Afuera de esta iglesia, niños vestidos de inditos, esperaban ser bendecidos por el párroco Cesáreo García (padre Chayo), quien en su sermón les hizo la invitación para que el día de este lunes 12 de diciembre a las 8 de la noche, las familias acudan a presenciar la quema de un enorme castillo de pirotecnia que, año con año disfrutan los fieles en las afueras de esa iglesia en honor a la Virgen de Guadalupe.
Desde el año 1531 se festeja el Día de la Virgen María; la historia indica que se le apareció al indio San Juan Diego cuatro veces en el cerro del Tepeyac, cuando este fue a cortar rosas que llevaría al padre de la iglesia por órdenes de su abuelo que estaba enfermo.