Corrupción neoliberal
Hoy podremos ver en Acapulco la Estación Espacial Internacional a simple vista
Hoy martes 14 de enero, será visible a simple vista desde Acapulco, la Estación Espacial Internacional, EEI, a partir de las 7 de la noche con dos minutos, 19:02:43 horas, durante dos minutos y 52 segundos. La estación será vista como un punto grande, muy luminoso que cruza el firmamento. Aquí en el puerto, mirando hacia el sur, un poco a la izquierda y cerca del horizonte captaremos ese luminoso punto cuya velocidad es perceptible pero que en realidad asciende a casi 28 mil kilómetros por hora.
En la EEI viven seis astronautas, representando a la Agencia Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, NASA; la Agencia Espacial Federal Rusa, FKA; la Agencia Japonesa de Exploración Espacial, JAXA; la Agencia Espacial Canadiense, CSA; la Agencia Espacial Europea, ESA y las Agencias Espacial Brasileña y Espacial Italiana, que participan subcontratando con la NASA. Estas entidades han aportado un estimado de 100 mil millones de dólares en conjunto, para construir, desde 1998 y habitar desde el 2 de noviembre del año 2000, la que es considerada como uno de los logros más grandes de la ingeniería de todos los tiempos. Mide 109 metros de longitud total y 88 metros de ancho, algo así como un campo de futbol; pesa unas 420 toneladas y el área presurizada, cabinas y módulos donde operan los astronautas, mide 916 M3. Su energía es generada por paneles solares fotovoltaicos de 4046 metros cuadrados, con una potencia de 110 Kw.
Estas seis personas, hombres y mujeres, todos ellos preparados a niveles de excelencia en disciplinas diversas como astrobiología, ingeniería eléctrica, meteorología y otras muy diversas; investigan, crean, reparan, mejoran, ensayan, estudian, practican y reflexionan sobre todo aquello que tiene que ver con la sobrevivencia del hombre en el espacio y sus inminentes viajes a otros planetas: producción de energía, de agua potable, de alimentos, productos biológicos, mecanismos de seguridad, como trajes espaciales, herramientas especiales para usar dentro y fuera de las instalaciones seguras, trabajo en el espacio exterior, psicología con el comportamiento humano en condiciones de vida prolongada en el espacio, medicina espacial y mucho, mucho más.
Asimismo, las aplicaciones de la EEI en la vida de la Tierra, son tangibles porque en sus laboratorios se estudian y crean nuevos materiales, imposibles de fabricar en el planeta, pero si en microgravedad, vacío, radiaciones y bajas temperaturas, como las que imperan en el espacio. Así, por ejemplo, en microgravedad se mezclan líquidos insolubles, como agua y aceite, lo cual tiene usos prácticos e innovadores en la industria farmacéutica, solo para ejemplificar. También investigan las reacciones que se desaceleran por baja gravedad y temperatura, buscando nuevos sistemas de superconductividad, aplicables en obras como sistemas ferroviarios de alta velocidad que viajan sobre campos magnéticos.
Si bien se puede decir que la vida a bordo de la EEI es rutinaria dado que todo lo que se hace ahí está cuidadosamente planeado con años de antelación, el ambiente espacial no está exento de imprevistos y peligros: El jueves 12 de marzo de 2009 el objeto 25090 PAM-D, un viejo satélite en desuso estuvo en ruta de colisión con la Estación, activando un plan de contingencia de último minuto debido a la tardanza en detectar el evento desde Houston. Así, a toda urgencia, los astronautas abordaron la cápsula rusa Soyuz, cerrando las compuertas respectivas, preparándose para abandonar todo y dejando la estación en control automático. El viernes 6 de noviembre de 2009 ocurrió un hecho similar con un objeto más pequeño que pasó a sólo 500 metros de la EEI. Por ello, la cápsula Soyuz permanece constantemente acoplada a la estación espacial como medida de protección, siendo el único medio de evacuación en este tipo de casos.
La socialización a bordo es natural y así, hace poco, trascendió que fue constituido el primer equipo de mujeres astronautas con Jessica Meir y Christina Koch, quienes realizaron reparaciones en el espacio, cambiando viejas baterías de níquel-hidrógeno con baterías de iones de litio más nuevas y más potentes para mejorar los sistemas de energía de la estación. Se realizaron transmisiones televisivas en vivo para conmemorar y dar realce a este hecho.
En el caso de los acapulqueños y nuestra vocación turística, tal vez nos convenga saber que desde 2008, siete turistas han visitado la EEI, pagando más de 20 millones de dólares por el “tour all inclusive”: Viaje a la estación en una nave Soyuz, junto a miembros de la tripulación rusa en fechas destinadas al cambio de turnos de tripulantes; Permanencia en la estación por alrededor de una semana con alimentos, bebidas y oxígeno incluido y regreso a la Tierra con la tripulación reemplazada. Uno de estos turistas, Charles Simonyi, ya participó dos veces. Estos viajes se tramitaron a través de la empresa Space Adventures. Por otra parte, también se realizó ahí la primera boda espacial, entre el cosmonauta ruso Yuri Malenchenko y Ekaterina Dmitrieva, quien estaba en Texas.
Puede o no llamarnos la atención el asunto, pero si es notable el simple hecho de que seis personas se encuentren viviendo de manera permanente a 400 kilómetros sobre nuestras cabezas, en un ambiente de vacío, frío extremo, fuertes radiaciones y sin gravedad, haciendo sus actividades cotidianas, chambeando, como usted o yo, a una velocidad de casi 28 mil km/h. El futuro ya está aquí.
La EEI pasa con relativa frecuencia cerca de nosotros, para seguir su ruta, ver videos en vivo y obtener información sobre la vida a bordo de esa maravilla tecnológica, puede usted disponer de una aplicación gratuita para teléfono celular, llamada ISS Detector. Como sea, no olvide que hoy, mirando hacia el sur a las 19:02 horas usted la verá pasar muy cerca del horizonte.