Hoja verde
La inteligencia artificial, más allá de la imaginación
Mucho hemos escuchado sobre el concepto de “Inteligencia Artificial”, IA, e inmediatamente y de manera simplista lo asociamos con un robot, tal vez de forma humanoide, capaz de razonar como nosotros los humanos y ayudarnos en nuestras tareas, incluso utilizando capacidades que las personas carecemos.
Esto ha sido fomentado por el cine y la T.V. cuyas emisiones, por lo general, refieren este ejemplo de IA como principal uso de dicha tecnología, aunque la realidad nos muestra que la IA está presente en muchas actividades de nuestra vida cotidiana.
¿Que es la Inteligencia Artificial?
Existen diversas definiciones más o menos coincidentes y la siguiente es la que consideramos que más se aplica a la realidad actual: La inteligencia artificial es “la capacidad de un sistema computacional para interpretar correctamente datos externos, para aprender de dichos datos y emplear esos conocimientos para lograr tareas y metas concretas a través de la adaptación flexible”.
Para que estos sistemas informáticos reconozcan el entorno en que deben operar, se le añaden sensores de todo tipo, acorde a las necesidades de cada caso: ópticos, magnéticos, eléctricos, atómicos, de movimiento, de peso, etcétera. Así, estos sistemas reconocen la información que envían tales sensores, la interpretan, la comparan con parámetros ideales y actúan en consecuencia. Ejemplos de esto pueden ser control de sistemas, planificación automática, la habilidad de responder a diagnósticos y a consultas de los consumidores, reconocimiento de escritura, reconocimiento del habla, reconocimiento de patrones y muchos más que se aplican a la economía, medicina, ingeniería, transporte, comunicaciones, milicia y hasta videojuegos, entre una infinidad más.
Enseguida presento los seis investigadores y sus trabajos en IA que encabezan sus respectivas áreas de investigación y son considerados los más representativos y vanguardistas de esta novedosa área de la ciencia y la tecnología que, al igual que muchas otras ya presentes en nuestro entorno, crecerán hasta regir, en buena medida, el futuro de las sociedades.
MÁQUINAS AFECTIVAS
Cynthia Breazeal es pionera de la robótica social y la interacción humano-robot, ha hecho una carrera en la conceptualización y construcción de robots con personalidad. Como estudiante de maestría en el Grupo de Robótica Humanoide del MIT, creó su primer robot, una máquina de insectos llamada Hannibal que fue diseñada para la exploración planetaria autónoma y financiada por la NASA y se le considera autora de los principales avances en robots sociales, logrando los autómatas sociales más sofisticados jamás construidos.
BUSCANDO TUMORES
El análisis de imágenes médicas es una tarea técnica e intensiva y hay escasez de patólogos y radiólogos para satisfacer las demandas, en todo el mundo. En una encuesta de 2018 realizada por el Royal College of Pathologists de Inglaterra, trascendió que solo el tres por ciento de los departamentos de histopatología del Servicio Nacional tenían suficiente personal. Estamos hablando de uno de los sistemas de salud pública más avanzados del mundo.
Los sistemas de inteligencia artificial pueden automatizar parte del proceso de análisis de imágenes médicas y están aliviando la carga de los imagenólogos médicos, reduciendo los tiempos de diagnóstico, de días u horas, a unos cuantos segundos, dice Chen Hao, fundador de Imsight, una empresa de imágenes médicas analizadas por inteligencia artificial. Desde el brote de Covid 19, dos de los hospitales más grandes de Shenzhen han estado utilizando la tecnología de imágenes de Imsight para analizar cambios sutiles en los pulmones de los pacientes causados por el tratamiento, lo que permite a los médicos identificar casos con efectos secundarios graves. Sin embargo, pese a sus logros, Chen rechaza la idea de que los médicos puedan ser reemplazados fácilmente.
CONTANDO ESTRELLAS
El ámbito astronómico es también una disciplina científica donde la IA ya desempeña un papel de suma importancia y su impacto crecerá enormemente. Y es que Anna Scaife, profesora de radioastronomía en la Universidad de Manchester, Reino Unido, está construyendo un sistema de inteligencia artificial para automatizar el procesamiento de datos radioastronómicos para reducir la identificación manual, clasificación y catalogación de señales de objetos celestiales como radiogalaxias, galaxias activas que emiten más luz en longitudes de onda de radio que en longitudes de onda visibles. Su proyecto más importante es la construcción del Square Kilometer Array, SKA, que será el radiotelescopio más grande del mundo con 200 antenas de radio en Sudáfrica y 130 mil antenas que se instalarán en 2030 en Australia, el cual producirá una enorme cantidad de datos en bruto, más de los que los sistemas actuales pueden transmitir y procesar de manera eficiente; asunto que se resolverá con el uso de IA.
ALERTANDO SOBRE TERREMOTOS Y PREVIENDO GANANCIAS ECONÓMICAS
En 2010, Yutaka Matsuo creó un algoritmo que podía detectar los primeros signos de terremotos al monitorear Twitter en busca de menciones de temblores. Su sistema no solo detectó el 96% de los terremotos registrados por la Agencia Meteorológica de Japón, sino que también envió alertas por correo electrónico a los usuarios registrados mucho más rápido de lo que los anuncios podían ser transmitidos por dicha agencia. Aplicó una “técnica de minería web” similar al mercado de valores y logró clasificar los artículos de noticias sobre empresas como positivos o negativos, al combinar esos datos, logró predecir con precisión el crecimiento y el rendimiento de las ganancias. La capacidad de Matsuo para extraer información valiosa de lo que la gente dice en línea ha contribuido a su reputación como uno de los principales investigadores de inteligencia artificial de Japón.
MÁQUINAS AUTÓNOMAS
Para 2030, se estima que uno de cada diez automóviles en todo el mundo será autónomo. La clave para poner estos vehículos autónomos en la carretera es diseñar sistemas de visión por computadora que puedan identificar obstáculos para evitar accidentes, al menos con la misma eficacia que un conductor humano.
Las redes neuronales, conjuntos de algoritmos de inteligencia artificial inspirados en procesos neurológicos que se activan en la corteza cerebral humana, forman el “cerebro” de los coches autónomos. Dacheng Tao, científico informático de la Universidad de Sydney, Australia, diseña redes neuronales para tareas de visión por computadora. También está construyendo modelos y algoritmos que pueden procesar videos capturados por cámaras en movimiento, como las de los autos sin conductor. En 2019, Tao y su equipo entrenaron una red neuronal para construir entornos 3D utilizando una imagen borrosa por movimiento, como la que capturaría un automóvil en movimiento. Los detalles, incluido el movimiento, el efecto de desenfoque y la profundidad a la que se tomó, ayudaron a los investigadores a recuperar lo que describen como “el mundo 3D oculto bajo los desenfoques”. Los hallazgos podrían ayudarán a los vehículos autónomos a procesar mejor su entorno.
EN BUSCA DE LA JUSTICIA
La visión por computadora es una de las áreas de IA que se desarrolla más rápidamente. Los algoritmos entrenados para leer e interpretar imágenes son la base de tecnologías como los autos autónomos, la vigilancia y la realidad aumentada. Timnit Gebru, científico informático y ex codirector del Equipo de IA ética de Google en Mountain View, California, reconoce la promesa de tales avances, pero le preocupa cómo podrían afectar a las comunidades subrepresentadas, en particular las minorías étnicas y en concreto, la gente de color. Un estudio de 2018, concluyó que tres algoritmos de análisis facial de uso común se basaban abrumadoramente en datos obtenidos de personas de piel clara y detectaron tasas de error para las mujeres negras que llegaban al 34.7 por ciento, mientras que el error para hombres blancos era apenas del 0.8 por ciento. Tales errores afectan, por ejemplo, el reconocimiento médico, porque simplemente por el color de piel podría hacer que las personas de negras tuviesen más errores en la detección de melanomas o cáncer de piel.
Por otra parte, en el reconocimiento facial utilizado para la vigilancia gubernamental puede ser inexacto, lo cual se evidenció durante protestas fuertes de Hong Kong en 2019. El algoritmo se tornó inexacto e identificó erróneamente a personas con piel más oscura.
La inteligencia artificial, AI, es un concepto relativamente joven; si bien “ya no está en pañales” si podemos decir que apenas está “en la infancia” y si esto es así, entonces cabe preguntarnos: ¿Cómo cambiará este concepto la sociedad futura? Nuestros nietos lo verán.