Teléfono rojo
Participe desde casa: “CONTEO MUNDIAL DE AVES”
Los humanos tenemos una intensa relación con las aves. Económicamente hablando, las aves de corral y las cinegéticas nos dan de comer; el plumón de patos y gansos domésticos es utilizado para rellenar almohadas y prendas de vestir para el frío y algunas plumas de aves diversas nos sirven de ornato. Los pájaros cantores y otros de colorido plumaje son populares como mascotas y hay ejemplos de aves que son reverenciadas o repudiadas por motivos religiosos, por supersticiones y por prejuicios equivocados y son frecuentemente referidas en obras de arte y otras manifestaciones culturales.
Las aves se originaron por mutaciones de dinosaurios carnívoros bípedos en el período Jurásico, hace 150 a 200 millones de años y fueron los únicos sobrevivientes a la extinción masiva ocasionada por la caída a la Tierra de un enorme meteorito, al final del período Mesozoico. Evolucionaron por fuerte radiación del evento y se crearon las más de 10 000 especies actuales y muchas más extinguidas a través de los milenios.
Habitan en todos los ambientes terrestres y en todos los océanos. Su tamaño va desde el Colibrí, de unos cuantos centímetros, hasta el avestruz de casi 3 metros y se comportan de formas muy diferentes, según el clima, actividad o período de vida; cortejo, apareamiento, anidación, crianza o migraciones y tienen tendencias de asociación para formar grandes parvadas migratorias.
Se comunican con señales visuales, llamadas y cantos. Algunas emiten gran diversidad de sonidos, poseen diversos grados de inteligencia y muchas hasta tienen la capacidad de transmitir patrones culturales a sus descendientes.
Las aves son sumamente frágiles a los sutiles cambios ambientales que pueden afectarlas gravemente y esta característica ha sido utilizada por el hombre desde tiempos inmemoriales, por ejemplo: el gallo que aún despierta al granjero o los antiguos mineros que bajaban a las entrañas terrestres acompañados de pequeñas aves, que morían ante la mínima presencia de gas venenoso en los túneles y permitían que los mineros salieran antes de asfixiarse.
En la actualidad, esa fragilidad es utilizada por científicos que miden las poblaciones de aves para determinar la calidad del ambiente global. Las aves pueden hacer grandes y periódicas migraciones continentales y la concentración de esas poblaciones migrantes son el indicativo que los estudiosos buscan para determinar las cualidades ambientales.
Y es en este marco, que la Universidad de Cornell, NY, en USA, ha convocado las personas del mundo entero a participar en la jornada “Contando Aves en tu Comunidad”, del 12 al 15 de febrero próximos, en el patio de su casa, la ventana o cualquier sitio donde se pueda observar a las aves, en condiciones de plena seguridad biológica, o sea, cuidándose del Covid-19.
Las hembras salen primero de las áreas de reproducción, seguidas por los machos y finalmente los juveniles. Todas las aves se detienen durante varias semanas durante la migración en los lagos salinos para aprovechar la abundante comida de invertebrados. A mediados de septiembre, se encuentran en América del Sur, en lagos de gran altura en los Andes, así como en las tierras bajas patagónicas y Tierra del Fuego.
Este conteo de aves se efectúa, aunque no en condiciones de pandemia, desde hace 24 años con la decidida participación de la población mundial y ha generado el censo planetario de aves más importante que ha existido en todos los tiempos. Van unos datos que ilustran perfectamente: En el conteo de 2020, participaron 268 mil 674 personas de 194 países; se contaron 27 millones 270 mil 156 aves y se identificaron 6 mil 942 especies.
Para participar en este conteo 2021, los responsables del “Bird Lab” de Cornell, han puesto en línea y disponibles de forma gratuita las herramientas necesarias para participar correctamente en el conteo, registrar los avistamientos y reportarlos adecuadamente para que puedan ser procesados.
Lo anterior se escucha complejo, pero no lo es, en absoluto, de hecho, es más que fácil, vea usted: baje la aplicación gratuita llamada “Merlin Cornell Lab” en la siguiente dirección: https://birdcount.org, instálela en su celular o computadora e inscríbase, le piden un nombre, población y otra pregunta general; una vez inscrito, la app le pregunta la fecha, el tamaño del ave que está observando, los colores que le percibió, el sitio donde la detectó, ya sea en el suelo, un árbol, un cable, etc. y enseguida le muestra fotos de muchas aves para que usted busque la que miró; escoja, de click y ya, es todo. Con esos sencillos pasos, usted ha brindado una importante contribución a la ciencia. También puede, si gusta, ahondar sobre el tema, tomando diversas capacitaciones en español sobre el tema que ofrecen en línea.
Si bien se hace hincapié en las medidas de seguridad biológicas, cubrebocas, distancia y demás, y se convoca a participar desde su patio o espacio privado, pero también hay grupos de biólogos, ornitólogos o simples observadores entusiastas que trazan rutas y hacen jornadas de avistamiento en exteriores y para esta situación, la app también ofrece alternativas específicas. En fin, es una gran aplicación que se complementa con módulos para cada una de las regiones del planeta, con las aves de cada una y bueno, por mi parte, solo bajé las aves de Michoacán, Guerrero y Oaxaca, porque son cientos de miles y no hay espacio para todas, pero si ust6ed gusta, puede tener en su teléfono, todas las aves conocidas que existen en el planeta.
Finalizo comentando, amigos pajareros, que yo veía esta actividad como algo de ancianos, “Mr Magoo”, para aquellos que recuerden la caricatura animada y aunque en realidad si soy anciano, pues el encierro pandémico me orilló a ver aves, que hay muchas por acá y al involucrarme me di cuenta de lo divertido que es y que mi apreciación es errónea: hay muchos, pero muchos jóvenes entusiasmados con esto y yo soy el único veterano. También noté que lejos de rechazar mi ancianidad o simplemente mirarme con extrañeza, los chavos, encabezados por André Sebastían, biólogo que formó el grupo de Facebook “Avista – Aves de Guerrero” me cobijaron de inmediato, me involucraron con entusiasmo y nos vamos la Roqueta, con gran alegría y plagados de medidas de seguridad, para contar aves muy temprano. Por cierto, ya conseguí lancha y ando tras el permiso de la Armada de México, porque es recinto naval y como llegaremos a deshoras, no queremos entrar en problemas con los marinos. Para mí, tras un año de encierro, esta aventura me suena maravillosa y no me la perderé por nada.
Lo invito, mi pajarero lector, baje la app, conéctese a:
https://birdcount.org y cuente aves entre el 12 y el 15 de febrero próximos, su contribución será de enorme importancia para la ciencia, casi nada.