Teléfono rojo
El “judas” de la Uagro
En la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), la calidad y la capacidad de los rectores se mide en términos reales académicos, y por el impulso a la cultura, la investigación, ciencia y lograr mantener un status pacífico, sin enfrentamientos estériles con el Estado Mexicano que no conllevan a nada, más que al retraso de la institución.
Ramón Reyes Carreto, ex rector de la Uagro nunca encajó en ese esquema; su rectorado se significó como uno de los más mediocres, corruptos y de confrontación entre camarillas universitarias, que frenaron la academia. Se mal desempeñó durante su periodo de 1987-1990. Sus resultados fueron nulos.
Reyes Carreto, egresado de la Escuela Superior de Agricultura de la Uagro, formaba parte de un grupúsculo de estudiantes denominado “Niños Héroes” de ese plantel, donde fue compañero del ahora senador Félix Salgado Macedonio.
Esa camarilla de la Esagro, llegó a la descomposición política por sus nexos con ciertos políticos fascistas del gobierno federal priista; por eso fueron repudiados, por traicioneros, que “les ponían el dedo” a sus camaradas.
Ramón, cuando arribó al rectorado de la Uagro, lo primero que hizo fue nombrar como Jefa de Adquisiciones a su esposa Patricia “N”, quien se convirtió en millonaria. Sólo le reportaba y daba cuentas a su consorte el Rector. Ningún órgano auditaba a la Vice rectora.
Casi 30 años después de haberse desempeñado como Rector de la Uagro, Reyes Carreto se calienta y se deja calentar por el también gris senador Félix Salgado Macedonio. Éste, maneja a Ramón como su marioneta
Félix, quien es costal de mañas y mesiánico, le ha hecho creer a Ramón que el presidente AMLO lo hará candidato a rector, para una reelección. Lo cierto es que al interior de la Uagro, Reyes Carreto no cuenta con respaldo de la comunidad universitaria.
La mayoría de grupos académicos lo repudian, por Judas traicionero, de acuerdo con una investigación que se realizó. Reyes Carreto, primero traicionó al tres veces ex rector de la Uagro, Rosalío Wences Reza; después a Marcial Rodríguez Saldaña; a Florentino Cruz Ramírez, Arturo Contreras; a Nelson Valle y ahora al actual Rector Javier Saldaña Almazán.
Uno de los últimos y ridículos episodios que Reyes Carreto protagonizó hace varias semanas, fue cuando supuestamente lo agredieron, cuando iba a su domicilio. Argumentó que lo golpearon por “razones políticas”, sus adversarios. Falso.
En corrillos universitarios de la Uagro, circula la versión de que la supuesta agresión hacia Reyes Carreto, los móviles son por “líos de faldas”. Es decir: Ramón se divorció de su ex esposa Patricia “N”; ahora intenta -con todo su derecho- emprender nueva relación con otra dama, pero el escenario se le complicó, por razones personales, que mucho se le respetan.
Para la elección del nuevo Rector de la Uagro, que se llevará a cabo el próximo año, ya se apuntaron alrededor de media docena de aspirantes a la candidatura, entre ellos dos ex rectores, quienes “ya bailaron”, pero no quieren sentarse, entre ellos Reyes Carreto, quien no tiene gente ni base social universitaria.
El activismo de Ramón es mediático, sin fuerza; sólo cuenta con el respaldo del gris senador Félix Salgado Macedonio, pero el “Toro sin Tuercas”, NO es cercano al presidente AMLO; arribó al escaño por “chaquetero” y desleal al PRD. Ramón, es un verdadero Judas, una copia de quien ahora lo apadrina.
POLÍTICOS COBARDES, “ZACATONES”
Quizás el presidente AMLO ha puesto a prueba a muchos de sus colaboradores, como son los delegados federales únicos -Virreyitos-, y tal vez ya se convenció que algunos no dan el ancho; les quedó grande la yegua. No resuelven nada.
En Guerrero, el tema del fertilizante y su tardía entrega y fracaso, puso a prueba al Virreyito delegado único, Pablo Amílcar Sandoval, quien no sólo exhibe su incapacidad e inoperatividad, sino también cobardía y lo pusilánime: No da la cara a los grandes conflictos, se anda escondiendo; ¿y así quiere ser candidato a gobernador?
Pablo Amílcar, Virreyito en Guerrero, actúa igual que el ex senador -priista, panista, perredista y ahora morenista-, Armando Ríos Piter, quien se escondía ante los grandes problemas de esta entidad; y cuando las encuestas le favorecían, simplemente salió huyendo hacia el entonces DF, hoy CDMX.
Los guerrerenses quieren ver a servidores públicos que enfrenten los conflictos y que resuelvan; los guerrerenses detestan a políticos cobardes, pusilánimes y “zacatones”.
El Virreyito Pablo Amílcar, sólo sale en fotos y notitas en redes sociales. Es la fecha que no la cara; grupos sociales detuvieron y decomisaron fertilizante en la montaña que iba en tráileres, pero eso poco y nada le importa al delegado federal quien sigue escondido.
Afortunadamente, el gobernador Héctor Astudillo Flores, siempre enfrenta los grandes conflictos que se suscitan en Guerrero, y los resuelve, porque el mandatario estatal sí da la cara; agarra al toro por los cuernos, y allí la lleva, viento en popa.
El presidente AMLO, debiera convencerse que varios de sus delegados federales -Virreyitos- sirven para maldita la cosa, como es el caso de Pablo Amílcar Sandoval, quien sólo se dedica a arrojar estiércol a sus supuestos adversarios a través de redes sociales, desde su “cuarto de guerra”… Punto.