Foro político/Salomón García Gálvez

Iglesia: mediar por la paz, positivo

Es de vital importancia la participación de la iglesia católica como mediadora para conseguir la paz, no sólo en Chilpancingo, sino para todo el estado de Guerrero. En momentos de grave crisis, la separación Iglesia-Estado, sale sobrando.

En los peores conflictos armados, durante la insurrección en naciones de Centro América y otros países, la participación de la iglesia católica ha sido muy importante para signar treguas, o bien para concretar la paz.

En estos momentos, la capital de Guerrero, Chilpancingo, todavía atraviesa por un conflicto por la paralización -parcial- del transporte público, tras el asesinato de media docena de conductores y vehículos incendiados, más otros daños colaterales.

La gobernadora Evelyn Salgado Pineda, ha hecho lo conducente: solicitar auxilio de la Federación, que envía decenas de efectivos del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en la capital de Guerrero, pero también para salvaguardar la integridad física de choferes y usuarios del servicio público, ante posibles ataques de la delincuencia organizada.

Sin embargo, la iglesia católica también aporta su esfuerzo y trata de pacificar la entidad logrando reunirse con jefes del crimen, para mediar y que éstos lleguen a algún acuerdo que beneficie a la ciudadanía. No han logrado que los grupos del crimen acuerden ninguna tregua ni la demarcación de territorios en feroz disputa.

Debe reconocerse el esfuerzo que hicieron  obispos de cuatro diócesis del estado, al reunirse con jefes de grupos del crimen organizado para tratar de conseguir la pacificación en la entidad; no lograron acuerdos concretos con jefes de la delincuencia, reveló en homilía el Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández. 

El conflicto del transporte público que ha afectado a Chilpancingo y pueblos circunvecinos del municipio, también ha dañado significativamente la economía, pero los voraces dueños de las concesiones aprovechan la crisis para sacar ganancias económicas. Ordenaron subir la tarifa de ocho a 10 pesos, sin autorización de la proxeneta Dirección de Transportes.

Ante tal situación, el gobierno estatal debiera hacer una consulta a la población de Chilpancingo, para ver si la gente ve positivo que se ponga en marcha el servicio llamado “Chilpan-Bus”; o bien se establezca otro servicio denominado Uber, a través de la plataforma digital. La ciudadanía merece tener servicio público de transporte eficiente y de calidad.

Sin que aún no se llegue a un acuerdo civilizado para que el servicio del transporte público se reanude totalmente, todavía no queda claro si son directamente los permisionarios (o alguna aseguradora) quienes indemnicen a familiares de la media docena de choferes que resultaron muertos en cumplimiento de su labor. Este, será otro conflicto que estallará próximamente… Punto.

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