Lo que vale para uno vale para otro
Alcaldes: ¿se van impunes?
El presidente municipal de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre junto con el de Chilpancingo Marco Antonio Leyva (MAL), encabezan la lista de ediles que alcanzaron altos niveles de corrupción en Guerrero, pero también llevaron al desastre financiero a los municipios que tuvieron la desgracia de ser gobernados por dos partidos, PRD y PRI, respectivamente.
La denuncia que hizo el ex alcalde de Acapulco Luis Walton Aburto contra Evodio Velázquez por diversos delitos como desvíos de recursos y una deuda superior a los mil millones de pesos, es más que oportuna y suficiente para que las autoridades competentes investiguen y procedan penalmente contra el munícipe del puerto.
El Congreso Local, en uso de sus facultades y competencia debiera proceder contra el alcalde de Acapulco, luego que el ex presidente Walton Aburto puso al descubierto que Evodio Velázquez hizo del gobierno municipal de Acapulco un verdadero desastre en todos los sentidos, porque el perredista les adeuda decenas de millones de pesos a la CFE, ISSSPEG, SAT y a otras instancias así como a empresas recolectoras de basura.
El periódico El Sur publicó ayer como su nota principal lo siguiente: “Investigar a Evodio por desvíos, solicitó Walton a las auditorías federal y estatal”.
Esta nota tiene fuente y la firma de un reportero para que los diputados al Congreso tomen el caso, analicen y cuanto antes llamen a comparecer al alcalde de Acapulco Evodio Velázquez así como lo hicieron con el Fiscal General del Estado (FGE) Jorge Zuriel de los Santos Barrila.
La nota de El Sur no es como la que publicitó Reforma, sin fuente y sin firma contra el Fiscal General del Estado (FGE), Jorge Zuriel de los Santos, quien ayer compareció ante el Congreso; a éste falsamente se le acusó de haber adquirido una mansión con valor de diez millones de pesos. La nota de Reforma fue una soberana mentira.
Los diputados locales, principalmente los de Morena, quienes son mayoría en el Congreso, en adelante tendrán mucha actividad, porque deberán revisar el trabajo que hicieron los presidentes municipales que están a punto de dejar sus cargos en medio de críticas y ácidos cuestionamientos, como son los casos de Evodio Velázquez Aguirre de Acapulco y Marco Antonio Leyva (MAL), de Chilpancingo. Ambos arrastran estigma de corruptos.
El alcalde de Chilpancingo, MAL dejará a la capital hundida en la quiebra financiera, con deudas por decenas de millones de pesos, sin dinero para aguinaldos de los trabajadores y deficientes servicios públicos, miles de baches, basura por todos lados, sin obra pública, cero inversiones y deudas con los trabajadores, empresas, la CFE, el Issspegro y otras instancias. Se estima que MAL desvió, malversó y se embolsó más de 200 millones de pesos. ¿Evodio y Marco Antonio, se irán impunes?
Los diputados de Morena lo han dicho en repetidas ocasione: Que son diferentes a los de otros partidos; que ellos –los morenos- son políticos honestos a carta cabal, que no permitirán actos de corrupción, ni se prestarán o serán alcahuetes de actos de ilícitos ni corruptelas. Qué bien; ya hacían falta representantes populares honrados, probos e impolutos.
Es hora que los legisladores de Morena en el Congreso Local llamen a comparecer a los presidentes municipales más corruptos del estado de Guerrero. Pueden empezar por los munícipes de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre y el de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva (MAL).
Existen otros alcaldes –hombres y mujeres- de otros municipios que a lo largo de tres años se dedicaron a desviar, malversar y saquear a los municipios que todavía mal gobiernan.
Por ejemplo, el municipio de Xochistlahuaca ha sido gobernado hasta en cuatro ocasiones por la actual alcaldesa priista, Aceadeth Rocha Ramírez, quien fundó allí rancio cacicazgo feudal que casi llegó a su fin en la última elección con la derrota de la señora quien pretendía reelegirse ¡por quinta ocasión!
Tlalchapa, es un caso que asombra: La familia Mora-Eguiluz gobierna alternativamente ese municipio de tierra caliente desde aproximadamente veinte años.
Primero, Guadalupe Eguiluz Bautista -de Mora Aguirre- fungió como alcaldesa en dos ocasiones, impulsada por el PRD.
Luego, Guadalupe le entregó el cargo a su hija Amalia Mora Eguiluz; y ésta a su vez le entregará el puesto a su padre, Martín Mora Aguirre.
“Si mis siete hijos deciden incursionar en la política, como madre tengo la obligación de apoyarlos en todo”, expresó en una entrevista la ex alcaldesa y ex diputada local.
O sea que al matrimonio Mora-Eguiluz aún le faltan por apoyar a sus otros cinco hijos, lo cual quiere decir que la pesadilla para los ciudadanos de Tlalchapa, ¡todavía no termina!
Lo patético es que los siete hijos producto del matrimonio político de Tlalchapa: Mora-Eguiluz, tienen la doble nacionalidad: Mexicana-Estadunidense.
¿Por qué las autoridades mexicanas permiten que ciudadanos gringos-mexicanos participen en política? ¿Son o no inelegibles?
Es el mismo caso de la ahora iletrada senadora Nestora Salgado, quien tiene doble nacionalidad; fue registrada en los Estados Unidos y también en México… Punto.