Teléfono rojo
Fanatismo a ultranza
A raíz del análisis y comentarios objetivos sobre la actividad política de los integrantes -dirigentes, militantes, simpatizantes y tránsfugas- del partido Morena, han arreciado cobardes insultos a través de redes sociales; simultáneamente también aparecen los intolerantes a la crítica. Fanáticos al fin.
Se trata de sujetos –hombres y mujeres- que, con todo el oportunismo que raya en el cinismo, pretenden ocupar cargos de elección, sin más méritos que aplaudir o bien son corifeos del falso Mesías y dictadorzuelo Andrés Manuel López Obrador.
Decir que el dirigente del Morena en Guerrero Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros NO tiene méritos ni trayectoria para ser candidato a senador por Guerrero, es un insulto para él y sus fans. Ni comisario de rancho ha sido.
Incluso también se sienten agredidos aquellos que le hacen gordo el caldo y le andan rogando -a Pablo Amílcar- para que sea el puente y que AMLO acepte a perredistas en sus filas y les reparta candidaturas. Nos referimos al Club de ex líderes del PRD.
El club de veteranos ex líderes del PRD estatal, NO quieren candidaturas para ellos sino para sus familiares, amantes, “sobrinos”, efebos y ahijados.
Ninguno de los ex dirigentes es rentable en el mercado electoral; y esto bien lo sabe el falso Mesías AMLO, quien les tiene odio a los del PRD porque aprobaron el Pacto Por México del presidente Enrique Peña Nieto, mediante el cual fueron aprobadas reformas como la energética, educativa, hacendaria, etc.
El club de ex líderes del PRD, se ven ridículos rogando a Pablo Amílcar Sandoval que los tome en cuenta en el reparto del pastel. El chilango mandó al grupo Pro-AMLO que vaya al CEN a negociar candidaturas. Cinismo puro.
Lo que prevalece en el partido Morena es un excesivo triunfalismo, y eso que todavía no arrancan las campañas, pero los fanáticos que se subieron al convoy de AMLO ya se sienten en curules, escaños, alcaldías y demás huesos.
Los escenarios políticos cambian vertiginosamente a nivel nacional y en Guerrero no es la excepción. Nadie tiene en el bolsillo nada.
Ni aquellos voraces y ambiciosos que se disputan las senadurías como el mismo Pablo Amílcar, César Núñez y Marcial Rodríguez; a éste último, lo repudian los dos primeros porque lo ven como intruso y apestado en Morena.
Se sabe que el fanatismo es uno de los peores defectos del ser humano, sin embargo ese mal lo padecen muchos que se dicen de “izquierda”, pero también son sectarios y corruptos hasta la médula.
Y para todos aquellos que ya se sienten no solo con candidaturas de Morena sino despachando en cargos de elección y ganando billete grande -que los saque de la pobreza- debieran despertar de su sueño pues quien “palomea” la lista con su “dedito mágico” es el moderno Fhûrer AMLO.
Él y nadie más que AMLO los purifica aunque tengan mala fama como es el caso del tristemente célebre ex alcalde de Acapulco Félix Salgado quien hizo un pésimo papel en el puerto al cual dejó convertido en un verdadero infierno.
Evodio: muy nervioso
La espiral de la violencia está imparable en Acapulco. A eso se agrega el mal papel que como alcalde hace Evodio Velázquez, quien no paga deudas institucionales a constructoras por un monto de 50 millones de pesos.
El munícipe de Acapulco argumenta que la deuda por 50 MDP se la heredó el ex alcalde priísta Manuel Añorve. Lo que debe saber el novato presidente es que la DEUDA ES INSTITUCIONAL pues él no debe nada sino la comuna que encabeza.
También lo que más preocupa a Evodio es reelegirse en el cargo por otros tres años pues el negocio está muy bueno, por lo cual viaja a Ciudad de México para buscar a los gallones de su partido –PRD- como Los Chuchos, y hasta al señorito aspirante presidencial Miguel Ángel Mancera.
Evodio quiere amarrar la candidatura para su reelección, pese al gris papel que hace como munícipe de Acapulco donde ha perdido la mayoría de las comisarías y delegaciones ante el PRI.
Además de preocupado, Evodio anda nervioso pues el electorado se la cobraría en las urnas si pretende reelegirse.
Seguramente los números no le cuadran al alcalde del puerto, pero va por su sobrevivencia política; es capaz de comprar una senaduría plurinominal a Los Chuchos, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, quienes son expertos en la negociación que los ha convertido en políticos multimillonarios.
¿Cuánto les pagó el presidente Peña Nieto para que el PRD aprobara el Pacto por México? Solo es pregunta… Punto. [email protected]