Teléfono rojo
MAL: cinismo e impunidad
El cinismo que exhibe el alcalde con licencia de Chilpancingo Marco Antonio Leyva (MAL) y su desmedida voracidad por cargos públicos, no tienen límites; a eso se agrega, la presión que ya ejerce junto con sus jefes políticos contra los poderes -Ejecutivo y Legislativo- en la perversa y cochina búsqueda de candidaturas de cara al proceso electoral del 2018.
MAL, en pleno desafío hacia los poderes, irrumpió ayer de manera grosera, altanera y soberbia en el Ayuntamiento de Chilpancingo, para volver a ocupar la alcaldía “desplazando” al suplente Jesús Tejeda Vargas, posando sus asentaderas en la silla municipal, como si ese poder (municipal) se tratase de una monarquía africana. De ese tamaño es la soberbia de MAL.
MAL, presentó ante el Congreso local licencia indefinida al cargo de alcalde el pasado 16 de octubre del pasado año –mucho ojo- durante el resto de su periodo, a partir de esa fecha, “por razones personales”. MAL, no respeta el mismo documento que interpuso ante el Poder Legislativo.
Más allá de situaciones legaloides, la verdadera intención del alcalde separado del cargo –MAL- es ejercer presión mediante aviadores, parentela y acarreados de colonias, para que la Auditoria General del Estado (AGE) frene la investigación contable (auditoría) al periodo de dos años que ejerció el defenestrado munícipe, quien hundió en los peores niveles de calidad de vida a la población de Chilpancingo, cuya capital aún se ahoga en basura.
Miente MAL cuando esgrime que ha sido invitado a participar en la campaña del candidato presidencial priísta, José Antonio Meade. No es tan estúpido Meade para “adornar” su templete con gente desprestigiada, de la calaña de un MAL.
Lo que se observa, por la actitud vandálica de MAL, no sólo es su marcada desesperación sino que se coloca el ropaje de perfecto lucrador social cuya arma es el cínico chantaje y la burda extorsión no sólo al PRI, sino a los líderes y a quienes detentan los poderes.
¿Le permitirán a MAL retornar a la alcaldía de Chilpancingo? ¿Le van a regalar alguna candidatura plurinominal? ¿Le van a cumplir todos sus caprichos, para que la justicia no lo toque y siga impune?
Si MAL se sale con la suya, sentaría un mal precedente para el resto de los alcaldes de Guerrero; harían lo que quisieran, sin importarles leyes ni el Estado de Derecho. Presidentes municipales se sentirían caciques de horca y cuchillo, capaces de formar ínsulas de poder paralelo, además de la burla de que serían objeto los tres poderes estatales… ¡El caos y la ingobernabilidad!
A partir de este día el Congreso de Guerrero tiene en sus manos resolver el conflicto generado por el alcalde con licencia de Chilpancingo MAL, quien mediante recursos absurdos y legaloides pretende aferrarse a la presidencia municipal de la cual se separó voluntariamente, pero además de la manera más vergonzosa de que se tenga memoria. Salió por la puerta trasera como vil delincuente.
MAL, nunca debió ser candidato y menos alcalde de Chilpancingo. Su triunfo en las urnas se lo debe al “efecto Astudillo”. Gracias a la victoria que obtuvo el hoy gobernador Héctor Astudillo, fue como MAL se encaramó al poder municipal capitalino; de otra manera MAL no ganaría ni una comisaría de rancho…
Punto.