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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de marzo de 2018.- El ajolote —vertebrado con la capacidad de regenerarse por sí mismo— cuenta con un genoma de 32 mil millones de pares de bases de ADN, 10 veces más grande que el humano. Al descifrar toda su secuencia existe la posibilidad de que los científicos comprendan procesos moleculares que potencialmente sean empleados en medicina regenerativa, y para tratar afecciones asociadas al cáncer y también al envejecimiento.
Sobre la reciente investigación de este espécimen, Félix Recillas-Targa, director del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, explicó que este hallazgo científico se trata de un logro a nivel técnico mayúsculo. Entre sus características encontraron una enorme cantidad de secuencias repetidas.
“Se trata de trechos de fragmentos de ADN idénticos repetidos cientos de miles de veces. Una composición de genoma muy particular en donde hay poca densidad de genes, y por ello, entender su organización fue todo un reto”, detalló, según indica un comunicado de la máxima casa de estudios.
Históricamente, se ha planteado que las secuencias repetidas son importantes para la evolución de los genomas, aunque no ha quedado del todo claro. De hecho, el investigador universitario plantea que estas secuencias repetidas tendrían alguna influencia en la regeneración de tejidos, sobre todo, en casos como el ajolote y la salamandra.
Axolotl, llamado así en el idioma náhuatl, es un anfibio endémico del sistema lacustre del Valle de México, que tiene la capacidad de regenerar tanto el músculo como el hueso, e incluso, los nervios.
El escritor Julio Cortázar le dedicó un cuento a esta especie. En el relato, el personaje principal de la historia supo que estos animales eran mexicanos debido a su cabeza que se asemeja a los rostros aztecas, además de tener forma triangular rosada con ojos de oro.
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