Choque deja una lesionada en el entronque a Ixtapa
ACAPULCO, Gro., 18 de marzo de 2017.- Lo más notable del caso Iguala no fue la magnitud del suceso, sino la respuesta del pueblo mexicano a la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, el cual decidió que no puede permitir que vuelva a ocurrir otro crimen de este tipo.
Así lo afirmó el escritor Armando Bartra este sábado durante su participación en la primera Feria del libro sindical y popular, promovida por la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero, que se lleva a cabo en el parque de la Reina en Acapulco.
Al presentar su libro Las milpas de la ira, el también periodista comparó la lucha de los 3 millones de jornaleros agrícolas del país, que buscan reivindicar sus derechos como productores y dejar de ser un sector invisible, con el movimiento para exigir justicia por “el bárbaro crimen de Iguala”.
Bartra explicó que los responsables de la agresión y desaparición de los estudiantes, actuaron bajo la creencia de que su delito quedaría impune, por la molestia de la sociedad con las protestas de los normalistas, a quienes incluso se les ha llegado a catalogar como vándalos.
“Pudiera haber diferencias de juicio acerca de lo que los compañeros hacían y no comprender qué representa en una normal rural, de gente que no tiene recursos y que tiene un presupuesto muy bajo para sobrevivir. Pero el problema no era ese, el problema es que como son vándalos, se les puede matar, como son vándalos, se les puede asesinar, como son vándalos, se les puede desaparecer”, indicó.
Sin embargo, apuntó que la respuesta del país entero fue decir “no, ese crimen no lo podemos dejar pasar, ese crimen es simbólico y este crimen es el límite, hasta aquí llegamos, ya basta”.
El autor reconoció que el movimiento para exigir el esclarecimiento del caso Iguala ya no tiene la capacidad de convocatoria que tenía antes, pero señaló que gracias a que los padres de los 43, sus compañeros de la normal rural Isidro Burgos y organizaciones no lo han dejado, este se ha vuelto “una huella indeleble”.
“Este gobierno se va a ir manchado por el crimen de Ayotzinapa y este país se va a ir con la idea de que no podemos permitir que ocurra otro crimen de este tipo”, finalizó.