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CIUDAD DE MÉXICO, 14 de junio de 2016.- El periodista Jesús Esquivel se propuso hace dos años investigar quiénes son los encargados del trasiego de drogas cuando ésta, en forma de mariguana, metanfetaminas, cocaína o heroína, llega a la frontera sur de los Estados Unidos proveniente de América Latina, en especial de México. A partir de esa investigación, nació el libro Los narcos gringos.
Una radiografía inédita del tráfico de drogas en Estados Unidos, editado por Grijalbo y de reciente aparición. El también autor de La DEA en México encontró distintas clases de narcos gringos, y aunque dice que los brokers –personas nacidas en Estados Unidos que no deben lealtad a ningún cartel mexicano– son indispensables para distribuir y vender droga en territorio estadounidense, también hay una participación de mujeres blancas para ingresar dinero del narco a México.
Se trata de una estrategia de los narcotraficantes mexicanos, que usan a mujeres de ojos azules, rubias y con niños para que lleven maletas de dinero del narco en su coche y que por su aspecto, no levantan sospechas en las autoridades, dice en entrevista con Quadratín México.
“¿Quién en su sano juicio va a detener a una mujer con niños pensando que forman parte de una estructura criminal y más para lavado de dinero?”, cuestiona. “Eso es una evidencia clara de que el crimen organizado mexicano está mucho más adelantado por errores que tiene la sociedad y el gobierno estadounidenses y que tienen que ver con el racismo y el establecimiento de perfiles étnicos que siguen considerando que los blancos, ellos mismos son incapaces de caer en una ilegalidad. No se dan cuenta que están escupiendo al cielo y uno de los objetivos de Los narcos gringos era poner eso”, añade.
Comparte que su objetivo con este trabajo es intentar a ayudar a entender la situación en materia de drogas más allá de la frontera norte mexicana, al describir quiénes son los narcos gringos.
“Vale la pena decir que me concentré en personas involucradas en trabajo de las drogas sin apellidos latinos, porque como lo vemos en los medios de Estados Unidos cuando se habla de capturas de narcotraficantes o golpes al narcotráfico internacional, aunque sean estadounidenses los apellidos son latinos. Hay narcos sajones, afroamericanos y esa era la idea, explicar cómo son, cuál es el perfil distinto al que tenemos nosotros los mexicanos”, explica.
En entrevista refiere que a diferencia de los narcos mexicanos, los gringos son personas normales, no tiene una forma de vestirse específico. La única similitud es que se benefician al igual que los mexicanos de la venta de droga, pero las diferencias son muchas.
“No hay plazas, no hay cárteles, no hay narcos gringos que ganen lo que sus contrapartes en México y no se visten con camisas de seda ni con botas o cinturones piteados caros, de pieles de avestruz o lo que quieras ponerles, tampoco andan ostentosos en automóviles de súper lujo”, agrega.
Otra diferencia tiene que ver con el sistema de justicia, pues mientras acá hay muchos narcos con largas trayectorias, en Estados Unidos tarde o temprano todas las personas metidas en venta o distribución de drogas terminan en la cárcel y les quitan absolutamente todo lo que han ganado en sus años como criminales en un negocio ilícito, asegura.
Explica que allá no hay un solo capo que se compare a Joaquín El Chapo Guzmán, y la persecución contra quienes distribuyen o venden droga es lo mismo por pequeñas o grandes cantidades, además de que todas las policías, así sean de condado, estatal o federal tienen una oficina para combatir dicho delito.
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