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CHILPANCINGO, Gro., 8 de abril de 2021.- El obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza manifestó que el mayor reto que tiene la entidad es la pacificación para salir del retraso y que no se le vea como violenta y salvaje.
Declaró que en el actual gobierno de Héctor Astudillo Flores, su principal problema es el secretario general de Gobierno, Florencio Salazar, con quien nunca pudo dialogar con la Iglesia “y ni con nadie”.
El presbítero participó esta tarde en la sesión plenaria con empresarios locales de Grupo Chilpo, transmitida a través de redes sociales, donde habló de la violencia, las elecciones, las protestas feministas, el celibato y adelantó que el próximo 23 de abril presentará su renuncia al vaticano, ya que por su edad debe separase del cargo en base en las normas de la iglesia católica.
“En Guerrero hay gente de fe y da estabilidad anímica, pero en Guerrero no han sabido descubrir que enfermedad tiene, y mi tarea es destapar la llaguita y, ese problema es el narco. Lo denuncié pero dije, siempre he dicho que como franciscano, se le apuesta al dialogo”, dijo.
Respecto al proceso electoral, afirmó que al igual que en 2015, hay zonas donde el narco pone candidatos, por lo que consideró que ahí se debe apostar al diálogo, como el caso de Chilapa, lugar donde, dijo, la iglesia contribuye a la pacificación.
En el caso de Chilpancingo, indicó que no se ha podido hacer mucho trabajo de pacificación porque ya habían disminuido los secuestros y extorsiones, pero desde hace ocho meses “se ha metido otro grupo delictivo en la capital que está dando dolor de cabeza y el gobierno del estado no lo ha querido aceptar”.
En cuanto al Covid 19, dijo que en la iglesia católica han muerto siete sacerdotes por el virus y, la diócesis demandó que los curas tengan un seguro médico.
Uno de los integrantes de Grupo Chilpo le cuestión sobre los casos de violencia sexual de los que han sido acusados sacerdotes.
Salvador Rangel respondió que las instrucciones del Vaticano, es que debe haber tolerancia cero y manifestó su inconformidad a que el celibato sea opcional para los sacerdotes.
Señaló que no apoya a las marchas feministas “cuando las mujeres hacen destrozos o se quitan la ropa. Se debe luchar desde la dignidad como personas, como mujeres”.