Teléfono rojo
Un año de Otis y Acapulco sin restauración ambiental
La naturaleza que Otis se llevó fuera de agenda del gobierno de México
A un año de la destrucción del huracán Otis, las autoridades federales ambientales han sido omisas y no aparece en su agenda la restauración ambiental de Acapulco, ante la pérdida de 2 millones de árboles en el Parque Nacional El Veladero.
El otro problema ambiental a un año de Otis, radica en la falta de voluntad de las autoridades federales para extraer totalmente las más de 700 embarcaciones que sucumbieron al fondo de las bahías de Acapulco y de Puerto Marqués y que parte de estas naves aún contaminan los ecosistemas marinos.
La Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad CONABIO calculó que 360 especies de plantas y animales, 12 en alguna categoría de riesgo, según la Norma Oficial Mexicana NOM- 059, se localizaban en el Parque Nacional El Veladero hasta antes de Otis y hoy se desconoce si aún sobreviven ejemplares de esas especies o qué situación ambiental atraviesan.
La noche del 24 y madrugada del 25 de octubre de hace un año, 2 millones de árboles fueron destruidos por vientos de hasta 350 kilómetros por hora que además afectaron la infraestructura y viviendas de Acapulco.
Pero a un año, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas CONANP, encargada de la administración del Parque Nacional El Veladero no ha emitido algún diagnóstico por los daños de Otis y las consecuencias ambientales ya que árboles refugio de aves, insectos, reptiles, anfibios, mamíferos y una diversidad biológica, fueron arrasados hace un año por Otis.
Tampoco la SEMARNAT ni alguna autoridad ambiental o académica, ha informado de las consecuencias ambientales sufridas en el mes de abril pasado en el Parque Nacional El Veladero por los incendios forestales en más de 400 hectáreas.
Desde hace 12 meses, entre ramas y vidrios en la zona urbana, se observaban cadáveres de aves con plumajes coloridos, así como aves adaptadas en el urbanismo como las miles de golondrinas que perchaban en los cables y construcciones de edificios del centro de Acapulco.
Los colibríes que cada día visitaban mi jardín para extraer el néctar de las flores no lo hicieron más y una pareja de lechuzas Tito alba graznaban cada noche y tenían como refugio las palmeras de coco de un terreno vecino con una construcción abandonada, una noche antes del huracán, al revisar la azotea fue la ultima vez que los vimos.
Ninguna cifra que refleje una aproximación de los animales silvestres muertos se ha dado a conocer, ni por el gobierno ni los académicos de la universidades locales o la UNAM, a nadie le ha interesado el medio ambiente de Acapulco.
El cerro de El Veladero fue decretado el 18 de julio de 1980 como Parque Nacional y desde entonces se han propiciado, tolerado y legalizado, invasiones en zonas de alto riesgo y generando destrucción de los ecosistemas y daños costosos al erario público y a los patrimonios particulares durante las épocas de lluvias y huracanes.
El clima de Acapulco fue alterado y días después de Otis el calor y radiación solar se intensificaron ante la falta de copas de árboles que reducen la temperatura.
Entre la fauna que se ubica en el Parque Nacional El Veladero de Acapulco, se encuentra la Boa sigma, serpientes como la Crotalus culminatus, reptiles como la iguana negra y verde, aves como la águila pescadora, aves canoras y colibríes, mamíferos como coatís, tlacuaches, ardillas y murciélagos.
Desde 2023 está a disposición el Sistema Nacional de Información para la Restauración Ambiental (SNIRA) una herramienta digital que tiene el objetivo de promover, orientar y apoyar los procesos de restauración ambiental de áreas degradadas, herramientas que pueden utilizar los diferentes niveles de gobierno para conservación de la biodiversidad y los servicios ambientales que brindan a la sociedad.
John el mala suerte
La mala suerte que tuvimos los acapulqueños es que a 11 meses de Otis, el huracán John categoría 3, aunque no impactó directamente a Acapulco, provocó casi cinco días de torrenciales lluvias provocando graves inundaciones en lo que fue la zona de manglares del ahora Acapulco Diamante.
A pesar de los miles de millones de pesos que se deberán invertir para resarcir y mitigar los daños a cientos de familias que resultaron inundadas por John en el Acapulco Diamante, los responsables que desde los años 90 en el gobierno municipal y federal, autorizaron esos cambios de uso de suelo y manifiestos de Impacto Ambiental, aún no se les ha iniciado los respectivos procesos penales para que enfrenten la ley y paguen las consecuencias de su irresponsabilidad, la impunidad los protege.
En tanto, la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales Alicia Bárcena ha afirmado que se “rescatarán” los manglares de los 11 mil kilómetros de costas de México pero en el Acapulco de humedales de manglares convertidos en miles de casas de interés social, eso está por verse.
Las preguntas de hoy
¿Para cuándo informará la Federación de la evaluación, remediación y reforestación por los daños ambientales en el Parque Nacional El Veladero, así como la reubicación de las zonas invadidas?
Ya pasó un año desde los daños de Otis, ¿Cuánto tiempo más necesitan las autoridades federales para contribuir a extraer todas las embarcaciones hundidas para sanear las bahía de Acapulco y Puerto Marqués?
Y el supuesto rescate de los manglares de Acapulco para cuándo lo hará SEMARNAT?