En el juego
Propuestas no ocurrencias en la reforestación de Acapulco y Coyuca de Benítez
El gobierno no ha tomado con seriedad la pérdida de zonas arboladas, selvas y bosques de Acapulco, incluyendo el cerro de El Veladero, el parque nacional El Veladero, la isla de Roqueta, parque Papagayo, así como los ejidos rurales y áreas boscosas de Coyuca de Benítez que requieren un programa de reforestación integral.
La cubierta forestal de ambos municipios colindantes, fue devastada por el huracán Otis, eliminando dos millones de árboles, entre estos, gigantescas parotas, palos morados, amates, robles rosas y amarillos y tantos ejemplares endémicos de hasta 100 años, sucumbieron a los vientos de hasta 350 kilómetros por hora entre la noche del 24 y madrugada del 25 de octubre.
La restauración ambiental de los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez, deben evitar las ocurrencias institucionales que sólo buscan el ahorro fácil, pues es la oportunidad de ejecutar un programa integral de reforestación.
Instancias académicas como la Universidad de Chapingo, la UNAM y la Universidad de Guerrero, pueden enriquecer los planes de reforestación integral y dependencias federales que ya deberían estar trabajando en estos proyectos ambientales son la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Así como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y organismos ambientales del gobierno de Guerrero y de los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez.
¿Qué perdimos cuando quedamos sin árboles?
Al perder Acapulco y Coyuca de Benítez su cubierta forestal, perdimos en gran medida la capacidad de captación de agua de lluvia en el subsuelo, buena parte de la generación del aire, la captura del CO2 que genera el cambio climático y el hábitat que cada ejemplar de árbol, significa para diversas especies animales.
Los árboles, son la alimentación, refugio, reproducción y nidificación para algunas especies de mamíferos, aves, reptiles e insectos.
Existen animales arborícolas que necesitan a los árboles para vivir como las iguanas, ardillas, mapaches, algunos felinos como los ocelotes, pumas y jaguares, entre muchas otras especies.
Otros usan los árboles para alimentarse o guardar semillas como los pájaros carpinteros, realizar sus refugios como los búhos y anidar como los colibríes, loros, pericos y guacamayas.
Las iguanas son considerados animales arborícolas, necesitan de los árboles para alimentarse y al ser reptiles de sangre fría, trepan a la copa de los árboles para asolearse y regular su temperatura.
Un ecosistema en recuperación necesita que la flora y fauna se restauren, no que se modifique con árboles frutales y especies de rápido crecimiento y su siembra requiere planeación y personas capacitadas.
El parque nacional El Veladero con tres mil 159 hectáreas y colinda con Pie de la Cuesta y Coyuca de Benítez, es una Área Natural Protegida a cargo de Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) que carece de plan de manejo, un listado de flora y fauna que pueda dar idea de los daños provocados por Otis y mucho menos han dado a conocer las acciones que harán ante esa destrucción.
El gobierno del estado, ha invitado a que sean los ciudadanos que como Dios les de a entender, sean los que reforesten el Parque Papagayo y la (Semaren), firmó un convenio con la asociación civil Grupo Aca para la siembra de 10 mil árboles, sin precisar qué especies son, qué áreas se reforestarán y cuándo.
Las preguntas de hoy:
¿Cuándo realizará el gobierno federal la evaluación ambiental del impacto de Otis en Acapulco y Coyuca de Benítez?
Se acercan las lluvias y ¿Acapulco no merece un programa integral de reforestación y para cuándo?