Hontanar/Raúl Pérez García

La piedra bornera de AMLO

¿Por qué Andrés Manuel López Obrador, candidato a la presidencia de la República por tercera ocasión, cuando todo indica que el triunfo electoral está a la mano comete errores que podrían llevarlo a la derrota, como sucedió en el 2006?

Un sicólogo diría que tiende a la autodestrucción, un político avezado que oye pero no escucha a sus asesores, es decir, que no presta atención a lo que le recomiendan hacer o no hacer.

¿Se tropezará con la misma piedra, con esa enorme piedra bornera que molerá sus aspiraciones como en el 2006?

Y no mencionamos la candidatura del 2012, pues en esa elección fue ampliamente superado por el actual presidente, Enrique Peña Nieto.

En su primera campaña presidencial el insultar al entonces primer mandatario Vicente Fox Quesada (“Cállate, chachalaca”) hizo público el poco respeto que tiene para la investidura presidencial.

Después, mandó al diablo a las instituciones, y se vislumbró que es un aspirante a la presidencia de un país democrático que no cree en las instituciones, y que tiende a ser un autócrata, si es que llega al poder presidencial.

¿Qué pasa con Andrés Manuel López Obrador?

Nos inclinamos más a su supuesta tendencia a la autodestrucción.

Él es en Morena, el partido que fundó, la autoridad suprema, que es la autocracia misma.

Nombró coordinadores estatales a sus amigos, que como premio tendrán  una candidatura al senado. En Guerrero, a  Félix Salgado Macedonio, dos veces candidato perdedor al gobierno del estado de Guerrero y que tiene contra sí la sospecha de abrirle la puerta a la violencia del crimen organizado cuando fuera presidente municipal de Acapulco, lo que no podemos asegurar pero que en esta ciudad y puerto es una más de las negras leyendas urbanas.

AMLO no paró allí.

Hizo candidata plurinominal a Nestora Salgado, la fundadora de un cuerpo para policíaco que estuvo presa por secuestro, extorsión y otros delitos, y si salió libre fue porque al detenerla no lo comunicaron a la embajada de los Estados Unidos, pues la señora tiene doble nacionalidad.

Premió a la ministra de la Suprema Corte en retiro Olga Sánchez Cordero, a la que había ya nominado secretaria de Gobernación de su gobierno si es que gana las elecciones del 1 de julio, y que declaró en un Twitter que el senado es seguro, y el triunfo electoral no lo es.

Esta abogada, según José Luis Soberanes, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, está imposibilitada pues no cumple aún los tres años de retiro que marca la Ley.

Pero la perla negra de los errores autodestructivos de AMLO, es sin duda alguna, la candidatura por la vía plurinominal de Napoleón Gómez Urrutia, líder minero acusado de un fraude por 55 millones de dólares y que para evadir la justicia huyó a Canadá con su enorme fortuna mal habida, en donde se nacionalizó canadiense.

López Obrador, que cree que como Moisés tiene las tablas de la Ley, ya lo perdonó y dice que lo hará senador en un acto de justicia, pues según el candidato de la autodestrucción, Napoleón es una víctima de la mafia del poder.