Teléfono rojo/José Ureña
Adela y los primeros tres puntos
La presidenta municipal electa de Acapulco, Adela Román Ocampo, postulada por Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) “que como un maremoto”, al decir de los trágicos del análisis político nacional, arrasó en las casillas electorales el pasado 1 de julio, tiene ante sí dos retos: cumplirle a cabalidad a los más que votaron por ella y probar a los menos que no le favorecieron con el sufragio a su favor, que la suya fue la mejor de las candidaturas.
Los dos retos son insoslayables. No hay manera de evadirlos. Si la abogada acapulqueña fracasa como presidenta municipal (lo que es muy remoto puesto que tendrá todo el apoyo del gobierno federal morenista) dentro de tres años recuperaría el ayuntamiento acapulqueño el PRI, o el PRD coaligado con el PAN y MC, al no participar AMLO como candidato y al no registrarse el maremoto arrasador de casillas electorales.
Adela tendría que solucionar los siguientes tres puntos de la problemática.
1:-Los habitantes del Municipio de Acapulco son víctimas de todo tipo de delincuentes, organizados y desorganizados. Exceptuando los fraccionamientos preferentemente habitados por millonarios en dólares, como “La Cima”, “Las Brisas”, “El Guitarrón” y los condominios “horizontales” y “verticales” de la Zona Diamante, que tienen vigilancia especializada las 24 horas y el ingreso y salida controlado por retenes, no hay ninguna colonia, barrio, asentamiento o poblado, que sea seguro.
Igual matan, asaltan y cobran cuotas en el “zócalo” acapulqueño que en la otrora glamurosa Costera. Nadie está seguro, ni en la ribera del Río de La Sabana ni en las playas de la hermosa bahía, una de las más bellas del mundo.
Si el gobierno de AMLO apoya a la próxima alcaldesa acapulqueña, se podría reducir la delincuencia y la inseguridad subsiguiente. Eso sería el inicio para la superación de los dos retos supradichos.
2.- CAPAMA, ahora llamada COAGUA, el organismo paramunicipal administrador del agua potable y el alcantarillado de la ciudad, es un desastre: está en la ruina económica, debe cientos de millones de pesos por el servicio de energía eléctrica; a los proveedores de insumos y etcétera.
Y, lo que es peor, tiene a más de la mitad de los habitantes de Acapulco sin agua potable. ¿Qué hará doña Adela?
Las policías preventiva, vial e industrial municipales, están bajo sospecha de seguir al servicio del crimen organizado. Seguramente, ella lo sabe, pues desde la magistratura del Tribunal Superior de Justicia se logra una mejor perspectiva. Lo que importa aquí es saber hasta dónde actuará la futura alcaldesa para librar a Acapulco de esa amenaza uniformada.
3.- ¿Nos regresará el “zócalo” a los acapulqueños o se hará “la desentendida” como se hicieron sus antecesores, que prácticamente le entregaron a la delincuencia organizada la plaza principal y otras calles importantes?
Estos primeros tres puntos, cuando menos, debe atender Adela Román Ocampo, para cumplirle a quienes votaron por ella y para convencer a quienes no la favorecieron con su voto.
Hay otros puntos más, que por falta de espacio luego atenderemos.