Tiempo de lluvia
El acuerdo comercial y el muro
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a un acuerdo con los gobiernos saliente y entrante de México y continuará el Tratado de Libre Comercio, tan necesario tanto para la economía de nuestro país como para el suyo.
El grotesco multimillonario que inexplicablemente gobierna al país vecino, seguramente fue presionado por los industriales y agricultores del país más poderoso del mundo, altamente beneficiados con el Tratado de Libre Comercio de América de América del Norte.
Trump prometió en su campaña que le daría fin, pues según él beneficia más a México y a Canadá que a su país, lo que es una mentira: conviene a los tres países, y seguramente la nación de la flor de maple, por medio de la ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, la principal negociadora del gobierno de Justin Trudeau, ya esté en Washington para reanudar las pláticas con los equipos de México y Estados Unidos, y pronto habrá un firma entre los tres países norteamericanos .
Para cumplir su promesa de dar fin al TLCAM, Trump lo llamará Acuerdo Comercial entre Estados Unidos y México, al que agregaría a Canadá, si llega a un entendimiento con el gobierno de Trudeau superando la evidente antipatía que ambos mandatarios se profesan.
México ha sido solidario con Canadá. Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador le han solicitado a Justin Trudeau se reincorpore a las negociaciones. El acuerdo debe ser trilateral, así inició y así tiene que continuar.
Por lo que respecta al pago de 16 dólares la hora a los obreros mexicanos de la industria automotriz, no creemos sea factible. Encarecería el precio de los automóviles a un nivel altamente inflacionario afectando a las economías de Estados Unidos y de México. Aquí se espera una elasticidad que permita ir subiendo los salarios paulatinamente.
Lo importante es que se llegó a una concordia que beneficia a los dos países, y en breve quisiéramos agregar al Canadá.
Empero, Trump, un personaje grosero y de mal gusto, vuelve a insistir en la construcción del muro en la frontera con México, a lo que tiene todo el derecho del mundo para hacerlo, como si usted decide levantar una barda entre su casa y la del vecino.
Lo que no correspondería a la razón es que usted le pidiera al vecino cubra el costo del vallado.
Si Trump quiere el muro, que lo construya y pague por él, ¡y sanseacabó!