En el juego
Adela: en busca del tiempo perdido
A nueve días del inicio del gobierno municipal que encabezará Adela Román Ocampo, la esperanza de los acapulqueños, o sea, el estado de ánimo que se fortalece cuando se sabe que es posible lo que desea, se centra en una administración honesta y comprometida en la solución de los problemas ingentes que impiden el progreso de esta ciudad y puerto.
Ese debe ser el principal objetivo de la alcaldesa electa: recuperar la confianza de la ciudadanía en la institución municipal, ánimo perdido ante el fracaso estrepitoso de Evodio Velázquez Aguirre, por mucho el peor gobernante de Acapulco en los últimos años.
A Evodio Velázquez se le señala como corrupto, lo que se tendrá que comprobar o desechar cuando su administración sea auditada por las instancias estatal y federal, sobre todo si se presume que casi mil millones de pesos fueron inicuamente malversados.
Adela Román Ocampo enfrenta todo un reto: cumplir con la expectativa, y eso está a su alcance.
Tendrá todo el apoyo del próximo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien con una decisión unilateral la designó candidata de Morena a la presidencia municipal de Acapulco.
Y, también, contará con la solidaridad del gobernador Héctor Astudillo Flores, con quien Adela se ha reunido al menos en dos ocasiones. En esas entrevistas se expuso el respeto a la institucionalidad, lo que permite esperar un trato cordial entre ambos gobernantes en beneficio del municipio más importante del estado.
A principios del próximo año, el Tianguis Turístico volverá a Acapulco.
Ante la importancia de ser sede del más importante de los sucesos de índole turístico del país, el gobierno del Estado está remozando las vialidades de Punta Diamante, iluminando la vía costera que inicia en Tres Vidas y desemboca en el Bulevar de las Naciones, construyendo un distribuidor vial y ornamentando con césped y jardinería los camellones y banquetas.
Al Ayuntamiento le corresponderá hacer lo mismo con la Costera Miguel Alemán y otras zonas tradicionalmente visitadas, pues los asistentes al Tianguis, compradores y vendedores nacionales e internacionales de servicios turísticos, serán críticos, a veces acerbos. Pero también observadores del esfuerzo común por mejorar el estado cosas, cuya opinión favorable redundaría en beneficios para Acapulco en las mesas de negocios.
Pero la seguridad y la vialidad serán las tareas principales a desplegar durante el Tianguis por el ayuntamiento que presidirá Adela Román Ocampo.
Tendría que hacerse a la idea que iniciará su gestión a partir de cero y que deberá solucionar la problemática conforme vaya apareciendo.
Hay tanto que hacer por Acapulco, pues el trienio encabezado por Evodio, próximo a finalizar, fue el periodo de la nada, y haciendo una paráfrasis de la obra de Marcel Proust, Adela debe ir en busca del tiempo perdido.