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La decisión es de Adela
A unos días de tomar posesión de la Presidencia Municipal de Acapulco, Adela Román Ocampo está anunciado lo que será su estilo de gobernar, y como sobre aviso no hay engaño, a algunos políticos, sus “compañeros de partido”, no le es está agradando su comportamiento.
La alcaldesa proclamó en su primera visita a las oficinas de las dependencias municipales ubicadas en el Palacio Federal que “los aviadores se irán a volar”, y dirigiendo sus palabras a los burócratas presentes, abundó en su opinión: “Si hubiera la gente (el personal) que realmente se necesita y no tuviéramos que pagar a una bola de aviadores, ustedes tendrían los mejores salarios y habría solamente los necesarios con altos sueldos”.
¿Por qué no fueron del agrado de algunos militantes de Morena las declaraciones de la alcaldesa?
Porque el grupo de quienes cobran sin trabajar, conocidos como aviadores y que aterrizan quincenalmente a cobrar un sueldo inmerecido, es una antigua práctica en Acapulco: el gobernante premia a quienes lo apoyaron en la organización de la campaña electoral, a los parientes, ya sean de él o de sus principales colaboradores, a sus amigos que no alcanzaron un empleo en el reparto de la función pública o que no están preparados para desempeñarlo; a quienes en el apartado de la inmoralidad son más que amistades…o recomendados “de alguien importante”.
Sin importar el partido político que gobierne, es una práctica que comúnmente sucede. Es parte de la corrupción sistémica, algo muy difícil de erradicar, pero no imposible.
El primer paso para lograrlo es la decisión, la osadía y el valor, y la alcaldesa Adela Román Ocampo, parece tenerlos, y qué bueno, pues a Acapulco, le urge una renovación moral que se inicie en la acción de gobernar el Municipio con honestidad y con alteza de miras. Esto, si es posible, nos llevaría al desarrollo social y económico.
Si Adela cede a la presión de los corruptos, que en Morena también los hay, y en abundancia, dará “muerte salarial” a los aviadores lanzados al espacio aéreo de la holganza asalariada durante el gobierno municipal anterior (el que presidió Evodio Velázquez Aguirre) para dar vida a otro grupo integrado por aeronautas afiliados a Morena, decepcionando a la ciudadanía que tanto espera de ella.
La alcaldesa está enterada de que la quiebra de Coagua y el caos económico en el Ayuntamiento, se origina en el pago a cientos (¿o miles?) de aviadores.
La decisión es de Adela. O pone orden o da continuidad al desorden administrativo. Esto último no lo merecemos los acapulqueños.