El agua, un derecho del pueblo
¿Es pedirle mucho a Andrés Manuel?
Próximo a tomar posesión de la presidencia de la República, la política populista de Andrés Manuel López Obrador orienta a la opinión pública en dos direcciones contrapuestas, y tal polarización sí es “un peligro para México”, pues nuestro país está urgido de la unidad nacional para tomar el camino hacia el progreso.
Una multitud de mexicanos vive en la pobreza extrema, víctimas de la desnutrición, de la alteración de la salud por la carencia de los servicios médicos, de la falta de escuelas o de maestros si es que las hay. Sin vías de comunicación y de seguridad pública, los campesinos, en las sierras y montañas son los pobres entre los pobres, los miserables obligados a emigrar en busca de mejores medios de vida, ya sea en los Estados Unidos o en las urbes nacionales.
Los seguidores de AMLO, que le dieron el triunfo electoral con treinta millones de sufragios, lo cual lo convierte en el presidente más votado de la historia, son los “chairos” en esa absurda polarización, término que por obsceno preferimos no dilucidar.
Los “fifís”, son quienes no están de acuerdo con las políticas públicas de Andrés Manuel López Obrador, como los periodistas que desde el análisis político cuestionan el proyecto de gobierno del presidente electo.
¿Qué significa la voz coloquial “fifí”? Persona presumida que se ocupa de seguir las modas, algo así como fueron los “catrines” y los “lagartijos” para la “plebe” de finales del siglo 19 y principios del 20.
En apariencia, pretenden iniciar una lucha de clases, lo que en nada conviene a México.
El presidente electo tendrá un estilo de gobernar que parece estar muy próximo a la autocracia. La “consulta popular” sobre la construcción del aeropuerto, todo una mascarada, da pie para así suponerlo.
En la próxima “consulta popular” el “pueblo sabio” decidirá si se construye o no el ferrocarril del sureste, cuando ya hay fecha y presupuesto para el inicio de la obra.
Andrés Manuel ya lo decidió, entonces, realizarla es sólo para fingir o aparentar acciones de democracia.
AMLO tiene que tomar las decisiones que más convengan a la nación. Gobierna para todos los mexicanos y no solamente para los treinta millones que votaron por él.
Echar abajo logros y proyectos de los dos gobiernos que lo antecedieron (El del panista Felipe Calderón que adquirió el avión presidencial que pondrá a la venta porque “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”) y el del priista Enrique Peña Nieto, el primer usuario del avión que da mayor seguridad a la vida del presidente, y que inició las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, mismas que por “decisión del pueblo sabio” se cancelarán en cuanto rinda la protesta de ley, parece ser una obstinación del presidente electo.
AMLO debe buscar la unidad nacional, como condición indispensable para salvar de la pobreza extrema a la multitud de mexicanos a los que nos referimos en el inicio de este Hontanar.
Todos somos un solo pueblo, una gran nación. Ni “chairos” ni “fifís”. Somos mexicanos en espera de que nuestro presidente nos conduzca por el camino del progreso.
¿Es pedirle mucho a Andrés Manuel?