Hoja verde
La ruina
La cualidad de ingobernabilidad del estado de Guerrero se refleja en las cifras de homicidios: sólo en Acapulco hubo más de veinte el sábado y el domingo pasado. Esa “cualidad” es el elemento o el carácter distintivo de la entidad, al menos en los últimos once años. Imposible ocultarlo.
¿Cuándo no hay gobernabilidad es porque se carece de gobierno? En los días del sexenio del ingeniero Rubén Figueroa Figueroa -1975-1981- se hablaba de un gobierno fuerte “y efectivo”. La “ley cero”, presumía el huitzuqueño, eran sus testículos, pero se pasó de tueste: en el estado hubo más de cuatrocientos desaparecidos en seis años, muchos de ellos relacionados con los grupos guerrilleros. Pero a Rubén Figueroa Figueroa, padre del otro Rubén, el de Aguas Blancas, se le podía cargar de epítetos, pero no de desgobernar, que es deshacer, perturbar y confundir el buen orden del gobierno: fue, don Rubén, un déspota aplicado, y en momentos como estos, muchos lo extrañan.
En el sexenio actual, el de Héctor Astudillo, sólo en Acapulco, en lo que va del año, se contabilizan más de seiscientos asesinatos. Cuando no hay gobernabilidad no es que se carezca de gobierno: es que son gobernantes incapaces, blandengues e ineficaces.
¿Qué es un pueblo sin ley? No se quiebren la cabeza, hay una respuesta fácil: el municipio de Acapulco de Juárez, cuya cabecera municipal, el centro turístico de fama internacional Acapulco, está peor que el Carson City de las películas antiguas del Lejano Oeste. Aparecen cadáveres por todos lados, y ahora hasta en las playas, como burla, o si usted quiere, de socarronería manifiesta del crimen organizado a don Héctor y a don Evodio, quienes como excusa pueril hablan de que la Costera y las zonas turísticas están blindadas.
Sí. Guerrero es un pueblo sin ley. En Chilpancingo la gente se encierra en sus casas antes del anochecer. Y quien puede, abandona la antes tranquila ciudad capital. La sede del gobierno estatal en manos de la delincuencia, pinta con colores auténticos la realidad. Hay una ingobernabilidad manifiesta. ¿Cómo ocultarlo?
Con un amigo comentaba hace unos días: La protesta de ley que rinden gobernantes y funcionarios es una muestra del cinismo de quienes llegan al poder con el único fin de medrar política y económicamente. ¿Hasta dónde socavan el Estado de Derecho? Hasta el riesgo inminente del colapso. Demos una vista rápida a la ciudad de Acapulco: Su corazón, el zócalo (La plaza Álvarez) es territorio de los comerciantes ambulantes. Ellos mandan allí, cobran derecho de piso, etc. Pero no es solamente el corazón de Acapulco, es el Acapulco entero y si usted se atreve a aceptar, el estado de Guerrero entero.
¿Esto qué significa? La ruina.