Hontanar/Raúl Pérez García

EPN y el surrealismo mexicano

El presidente Enrique Peña Nieto está frente una encrucijada: seguir con sus reformas estructurales que tanto han perjudicado a la población, o dar marcha atrás. Continuar lo haría más impopular de lo que es, recular sería iniciar un golpe de timón y abandonar el neoliberalismo económico que ha hecho más pobres a los pobres y más ricos a los ricos.

Difícil la elección, pero creemos, sin ser expertos en economía, que Donald Trump obligará a Peña a dar el golpe de timón, pues ayer, con la sola decisión de Ford Company de cancelar su proyecto de una nueva armadora en México, el dólar el peso aceleró su devaluación.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha beneficiado a México, pero según el presidente electo de  Estados Unidos, el inefable Donald Trump, a todas luces un contumaz antimexicano, ha anunciado que propiciará cambios al TLC (NAFTA, para los estadounidenses y canadienses) pues dice defenderá el trabajo de los que serán sus gobernados. Imagínense ustedes lo que se nos vendrá encima cuando el ultraderechista, cuasi un nazi, tome posesión de la presidencia del país vecino.

Hay una esperanza, empero. Que los poderes fácticos de su país frenen a Trump. Demasiado proteccionismo económico y su racismo exacerbado en una nación de inmigrantes y sus actitudes belicistas, a mediano plazo afectarán a los Estados Unidos.

Trump será un presidente de cuatro años, imposible una reelección en un mandatario de esa ralea, pero el daño que ocasionará a México y a los demás países emergentes en su primero y último periodo es aun impredecible. Preparémonos, pues, para lo peor.

Enrique Peña Nieto, seguramente, es un presidente preocupado en extremo. Ayer hubo protestas  en la Ciudad de México y en 29 estados: bloqueos carreteros y de trenes¸ tomas de instalaciones de PEMEX, casetas de peaje y gasolineras; vandalismo y enfrentamientos por el alza de las gasolinas. Y lo que es preocupante, los manifestantes, en algunos estados, fueron violentamente reprimidos.

Aumentos en la electricidad industrial, comercial y doméstica. Alzas en los precios del gas, pan, tortillas y etcétera, nos hace vislumbrar un futuro próximo muy negro.

¿Si Enrique Peña Nieto decide seguir con las reformas que él llama estructurales se convertirá en un presidente represor? No tendremos que esperar mucho para encontrar la respuesta.

Y en lo político, el daño ocasionado a su partido, el PRI, es enorme, por lo cual no hay que ser un adivino para prever que en las próximas elecciones presidenciales triunfará la izquierda o la derecha. Morena, con Andrés Manuel López Obrador, o el PAN con Margarita Zavala.

En esta, mi primera columna del año 2017, les deseo un Feliz Año, aunque parezca un columnista surrealista, pero como dijera André Bretón en los años 30 del siglo pasado, México es el país más surrealista del mundo.