México ante su mayor amenaza
¿Por qué no entenderlo?
El cambio climático es una realidad: el destino nos dio alcance; y no es argumento de película catastrofista, ni de la ciencia ficción; y no es tema de novela futurista. Ya está aquí, con estas granizadas atípicas en donde llueven gotas enormes de lluvia congelada del tamaño de una pelota de golf, con sequías donde antes eran zonas lluviosas, y con chubascos en regiones que en el pasado reciente eran de tiempo seco de larga duración.
Sí, ya está aquí, y debemos estar preparados: tornados en el centro del país, ciclones o huracanes con vientos con velocidad de más de ciento cincuenta kilómetros por hora, chaparrones que causan desbordamiento de los ríos y arroyos pluviales, temperaturas extremas y aumento paulatino del nivel del mar que amenaza a las poblaciones costeras.
Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, lo anunció ayer: México está ya inmerso en el comportamiento hidrometeorológico que está viviendo el mundo. Somos parte del planeta y compartimos lo bueno y lo malo, y somos responsables, también de la excesiva emisión de contaminantes.
Pero estamos actuando para mitigar el daño, empero.
En México hay una Ley General del Cambio Climático, una Estrategia Nacional de Cambio Climático y un Programa Nacional de Cambio Climático. Somos signatarios del Acuerdo o Protocolo de Kioto, que tiene como objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero, como somos signatarios de la Conferencia de París sobre el clima, celebrada en la capital de Francia en el mes de diciembre del 2015.
Este hermoso planeta azul sería la víctima. Los victimarios sus habitantes, y el “sería” es indicativo de tiempo. Hay que evitar la destrucción de La Tierra, que es donde moramos. ¿Por qué no entenderlo?
Anualmente destruimos en México miles de hectáreas de bosques, por lo que es urgente reforestar nuestras sierras; plantar árboles en las poblaciones sin importar el número de habitantes; construir jardines y parques urbanos; sacar de la circulación los vehículos automotores contaminantes; acelerar la construcción de motores eléctricos e incentivar el uso de la bicicleta.
Prohibir el uso del plástico no biodegradable en las bolsas de empaquetado y en los envases de líquidos y alimentos. Al paso actual, en dos o tres décadas habrá más plástico que peces en los mares. ¿Por qué no entenderlo?
Las palabras de Luis Felipe Puente son para reflexionar. Estamos, en México, en el inicio de la catástrofe, como lo están todos los países del mundo.
La humanidad está en peligro. Todos, juntos, lo humanos, tenemos que salvarnos.
Ninguna nación debe estar fuera del Protocolo de Kioto y de los Acuerdos de París, que son los dos pilares que soportarán más protocolos y acuerdos.
Salvar al planeta, salvarnos a nosotros y quienes estarán aquí en el futuro.
¿Por qué no entenderlo?