Teléfono rojo
1.- Ya no hay detrás o espérate tantito; ya merito, es ahora o nunca. Así están los tiempos políticos y sociales. Tanto Claudia Sheimbaum como Xóchitl Gálvez y al rato el naranja, no tienen ya tiempo, es ahora o nada. Y en medio de la pelea electoral cuando por naturaleza el Estado es más débil, los ejércitos bien armados de los grupos organizados en el narcotráfico, que no obedecen leyes ni modos están actuando, sea enfrentándose entre ellos o empezando a imponer candidaturas.
Vienen la distribución de las candidaturas aprobadas por el frente PRI, PRD, PAN y en Morena, designadas por ya sabemos quién. Y de ahí habrá escarceos.
2.- Recomiendo lectura del artículo de Roberto Zamarripa en el periódico Reforma, 8 de enero de 2024, AISLAR EL RIESGO.
“La narcoviolencia es un signo de la política mexicana. No es que tenga filiación especifica o sea instrumentalizada. Es un factor consustancial a la lucha por el poder político en todos los ámbitos”. O sea, aguas si no interviene el Estado, el INE, habrá elecciones con tinte rojo.
Ya los estamos viviendo, van a poner sus candidatos en donde ellos decidan.
Por lo pronto lamentable, van cuatro políticos asesinados: Ricardo Taja, mi paisano en Acapulco; David Rey González, en Chiapas; Sergio Hueso, en Armería y Giovanni Lezama Barrera en Morelos. Como si estuviéramos en la época del Maximato en 1929 o como fue en el 2021-22.
3.- Invento un cuentito sobre lo que creo podría haber tenido una reflexión el presidente Andrés Manuel López Obrador. En algún momento de su viaje en el Tren Maya o del tren transistmico, que sabemos hicieron muchas horas, y de seguro como a todo humano le pasa, se aburre, y el pensamiento da a construir ideas.
Va: “… tengo que echar mi resto, se termina mi ciclo público en mi movimiento como jefe político, aunque sé que aún estando en silencio, desde la mecedora o la hamaca, daré línea, yo sé cómo hacerlo, sin romper mi palabra del silencio desde el rancho y sin recibir visitas estará mi espíritu muy activo…”
Y siguió pensando en el salón comedor del tren “… debe ganar mi candidata, aunque en un futuro se deslinde de mi, como han hecho muchos candidatos oficiales como Díaz Ordaz de López Mateos; Echeverría de Díaz Ordaz; López Portillo de Echeverría; Miguel de la Madrid de López Portillo; Salinas no se deslindó de de la Madrid, porque fue evidente que le ayudó con Bartlett, ahora parte de mi equipo, a que ganara y no Cuauhtémoc Cárdenas; pero sí, me acuerdo que Zedillo que se deslindó y fuerte de Salinas de Gortari… Y si no gana, hay nanita…”.
Y así continuó pensando después de llegar a Mérida y pasar luego al otro tramo del tren y más horas de reflexión… “vamos al 2 de junio, y luego al día último de septiembre, mes de la patria y ahí termina mi marcha que inicié hace más de 34 años, con el éxodo en la época cuando Manuel Camacho era regente de la ciudad; Marcelo Ebrard era director de gobierno del DDF y Carlos Salomón era delegado en Coyoacán. El presidente era el “odiado” Carlos Salinas…”.
¿Qué más habrá reflexionado en esas horas en los trenes del sureste el presidente de México?
4.- Se cuenta que al final del periodo de Benito Juárez rumbo a su reelección, caminaba solo por el Palacio Nacional, que estaba vacío, no había gente, él solitario divagaba y recordaba su vida; la de su difunta mujer y sus hijos, algunos de ellos muertos.
También Luis Echeverría en sus últimos meses caminaba en soledad en Los Pinos, la residencia de Lázaro Cárdenas me consta esa soledad nos invitaba a caminar por el bosque a discutir, éramos jóvenes dirigentes del PCM, PPS, PRI, y hacía sus balances sobre el movimiento de liberación nacional y la posible legalización del PCM. Aún no sabía que SU amigo López Portillo lo iba a exiliar.
Recuerdo que Echeverría se llegó a plantear la idea de la reelección. Registrando Morena a sus candidatos vendrá la soledad en el presidente López Obrador, sino es que ya está.