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ACAPULCO, Gro., 4 de julio de 2022.- El director en México del Instituto para la Economía y la Paz Carlos Juárez Cruz dijo que la captura de grandes capos criminales derivó la proliferación de pequeñas células delictivas que extorsionan en mercados y pequeños comercios, así como al narcomenudeo para consumo interno, ya que carecen de capacidad para cruzar fronteras.
En su participación en el foro Reconstrucción del tejido social y cultura de paz en Guerrero, convocado por la Secretaría de Gobernación federal, en el auditorio de la unidad académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Guerrero, Juárez Cruz afirmó que el origen de los tipos de violencia es múltiple, por lo cual debería haber estrategias integrales.
Cuestionó los resultados de las mesas de coordinación para la construcción de la paz estatal y municipales al restallar que a pesar de que están dirigidas por mujeres en los municipios más violentos, son mandos castrenses quienes toman las decisiones sin ponderar una perspectiva de género, ya que uno de los indicadores que contribuyen a que Guerrero ocupe el sitio 22 en inseguridad es el feminicidio.
Especificó que en tendencias de la diversidad de datos el más reciente informe de Índice de Paz rompieron récords negativos como la violencia familiar, la violencia sexual, los feminicidios que sumaron dos mil cuatro, las personas desplazadas que se cuantificaron 44 mil 900 y que aumentó la desaparición de personas y violencia contra periodistas.
En cuanto a homicidios, dijo que en México la tasa creció 76 por ciento desde 2015 hasta 2021, lo que representa 211 mil personas asesinadas; además que tiene la octava tasa de homicidio más elevada del mundo y, dos terceras partes están relacionadas con la delincuencia organizada.
Destacó que se requieren gobiernos que muestren resultados y dejen de autoelogiarse y presumir inversiones históricas que a la fecha no han servido, sino que haya cumplimiento en servicios públicos básicos, una reducción en las brechas de pobreza y desigualdad.
Entre los asistentes al foro se encontraban integrantes de organizaciones civiles de mujeres, de personas desaparecidas, activistas, personas defensoras de derechos humanos y principalmente investigadores de la Uagro, a quienes Carlos Juárez preguntó quién sabía en qué consistía la estrategia de seguridad de los gobiernos estatal y municipales, así como sus similitudes o diferencias.
“Yo no sé. Sé que se reúnen muchos hombres uniformados todos los días, le llaman mesa de paz con militares y (representantes) de (las secretarías) de Seguridad Pública, militares y policías; ahora, hay una mujer que es la gobernadora, pero fuera de eso, son puros hombres uniformados”, destacó.
Sugirió hablar de paz positiva y que sea distinta a lo que consideró una paz simplista y romántica que se concibe en la actualidad, entendida como resiliencia social, más allá de la paz pública promulgada por los diferentes niveles de gobierno, con un enfoque sistémico en el que confluyan múltiples actores, con relaciones y dinámicas diversas y que utilicen una agenda de impacto o política pública a largo plazo y no enfocada a la elección siguiente.
Advirtió que aún se desconoce qué ocurrirá con la identidad como mexicanos por la cantidad de niños que quedan en la orfandad.
En contraste con la baja en homicidios dolosos, dijo que aumentó el narcomenudeo y la extorsión, ya que la captura de los líderes de grupos delincuenciales se han fragmentado y multiplicado de manera exponencial, lo que les hace más volátiles e impide traficar de manera internacional de drogas.
Lanzó preguntas para reunir conclusiones colectivas y dirigir las posibles estrategias al conjunto social: “¿Qué factores y dinámicas sostienen y alimentan las vivencias?” “¿Quiénes protagonizan el tejido social?” “¿Cómo nos relacionamos con el poder, con la ilegalidad, con las personas más vulnerables, con niñas y juventudes?”.
De Guerrero, comentó que está menos mal que antes y que otras entidades del país y, aunque hace dos años estuvo en los últimos y penúltimos sitios, en la actualidad se ubica en el lugar número 22 en cuanto a violencia.
Entre las entidades más seguras del país, dijo que están Yucatán, Tlaxcala, Chiapas, Campeche e Hidalgo; y en contraparte están las más violentas son Guanajuato, Estado de México, Baja California, Chihuahua, Jalisco y Michoacán.
Subrayó que la disposición de armas adquiridas de manera ilegal en México, deriva en altas tasas de homicidios como las que reportó para los estados de Sonora, Guanajuato, Colima, Zacatecas y Baja California.