Dialogan Javier Saldaña y Ricardo Monreal sobre educación superior
ZIHUATANEJO, Gro., 2 de noviembre de 2024.- “Esto fue mi escuela, le aprendí a una señora, vecina de donde yo vivía, el oficio de saber elaborar tamales nejos”, narra doña Hermelinda Rivera Rodríguez Mientras atiende su negocio.
Con una tina de lámina frente a doña Hermelinda, atiborrada de tamales con envoltura café con algo de verdoso por la envoltura de la hoja de plátano, sin la necesidad de ofrecerlos los clientes acuden a ella porque saben que son los mejores tamales.
Hermelinda Rivera con su hijo, nuera y nieto trabajan en la venta de este alimento desde hace muchos años dentro del Mercado Municipal de Zihuatanejo.
-¿La edad?: “ya no sé ni cuántos años tengo, pero mire usted, ya en esto (de la venta de tamales) la saben hacer mis hijos y hasta mis nietos”, responde la comerciante a pregunta del reportero.
Hermelinda cuenta que cuando era muy niña, una vecina de nombre Nica López de la localidad de Los Achotes, fue quien la enseñó a prepararlos.
Con la vista cansada, se acomoda una mano los lentes y mientras mira a su hijo Catarino Gómez y su nuera Janeth Chávez, quienes despachan a los clientes, voltea a ver a su nieto Rafael Gómez, quien juega con un celular a unos metros del puesto.
Ella cuenta que desde niña anduvo “ranchando” en varias colonias y el Centro de Zihuatanejo y así fue como se dio a conocer; después de muchos años logró un lugar en el Mercado Municipal, donde la gente la prefiere a ella y llegan a buscarla para comprarle.
Doña Hermelinda dice que este alimento es tradicional en municipios de la Costa Grande, porque se consume también Tepcan, Atoyac, Petatlán y Zihuatanejo.
Lamentó que poca gente joven elabora tamales nejos y consideró que es un alimento que no debería perderse.
“Nosotros como familia que nos dedicamos a esto todo el día, hacemos la masa y tenemos que tener todos los ingredientes, como el maíz y otros que son a veces complicados como la ceniza, la cual la obtenemos de las panaderías en Petatlán y en ocasiones toca ir hasta San Jerónimo y así, a las nueve de la noche nos ponemos a envolver los tamales para después ponerlos a coCer y que estén listos muy temprano”, explica.
Sin dejar de vender bolsas con tres tamales, mientras otorga la entrevista, doña Hermelinda considera que es el mole rojo y el mole verde, así como el relleno de puerco con lo que mejor se pueden acompañar los tamales.
Finalmente, dice que son tres generaciones las que saben la elaboración de los tamales y espera que cuando ella no esté, puedan seguir con esa actividad como modo de vida, y a la vez preservar esa tradición gastronómica.
“Hay días como estas fechas de Día de Muertos, Navidad, Año Nuevo, Día de la Madre y en fiestas de cumpleaños, donde tenemos mejores ventas y la gente nos sigue buscando porque hacemos bien los tamales y espero sea por mucho tiempo”, concluyó.