Bienestar Michoacán, el negocio de la corrupción a costa del infelizaje
CIUDAD DE MÉXICO., 21 de febrero de 2021.- En el cuadrilátero héroes y villanos, rudos y técnicos, y un público que se exalta. El antagónico es indispensable, es la razón de la atracción entre las cuerdas, es la representación de vida, el combate entre el bien y el mal: es la lucha libre mexicana.
Así lo refirió José Ángel Garfias Frías, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), quien aseguró que este deporte enfrenta, con sus mejores llaves y lances, una de sus peores batallas en 90 años de historia ante la “orfandad de las arenas” por falta de público y la caída de la industria.
“Algunas empresas solo viven de la taquilla, se perdieron todos los ingresos; quedó la explotación de marcas y licencias comerciales, están los derechos de transmisión, pero eso no cubre todos los costos, además de que el propio luchador no se siente motivado al luchar sin público, no es lo mismo, no funciona igual”, indicó.
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